He oído con frecuencia este diálogo:
- No queda tiempo para tantas cosas que debemos hacer. Y dice otro:
- ¿Cuántos ratos dedicas a la televisión?
- Dos horas casi siempre; algunos días, más.
- Si sumamos todo el tiempo durante un año...
Conviene seleccionar los programas que de verdad valen la pena.
Una familia reunida acreedor de un televisor no por eso está unida. Allí no existe comunicación ni diálogo. Disponemos hoy de calefacción en la mayor parte de los hogares. Esto nos permite dedicar ratos de soledad a nuestra formación personal en habitaciones diferentes.
En el plan de vida de una persona exigente consigo misma ha de aparecer el tiempo dedicado a la formación personal. Enfrascarse durante varias horas en el estudio, oración, actualización profesional. Se trata de una experiencia propia.
Esto también va creando en casa un clima de trabajo interior, recogimiento y estudio.
¿Siempre en Casa?
Tampoco sería educativo para los hijos ver que sus padres solo se preocupan de la propia familia. En la Iglesia y en el terreno civil hay necesidad de ayuda por parte de los seglares: catequesis, Cáritas, apostolado social, liturgia, comunidades de base, incluso acción política como cristianos, organización de tiempo libre y otros muchos.
Preparar actividades requiere tiempo. Bueno es que nuestros pequeños vean a los progenitores ocupados en la elaboración de estos trabajos, y bueno también que aprecien sus salidas de casa como exigencia de un ideal católico que no puede reducirse a las cuatro paredes del hogar.
En una sociedad que se va alejando de Dios, hemos de dedicar muchas horas a lograr la recristianización de nuestro ambiente. Y esto no es fácil conseguirlo desde casa. Mas no olvidemos que la primera obligación de un casado es su familia. Y no debe abandonarse a la propia casa para ocuparse de la del vecino.
En resumen: el televisor no es el mejor lazo de unión de las familias: mucho mejor, el diálogo, los proyectos comunes, la lectura compartida, la oración común, la Eucaristía juntos.
José María Lorenzo Amelibia
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