1.- Virgen María, con tu ayuda y bajo tu manto, nada me puede asustar ni afligir. .- Bajo tu amparo, Virgen María, nada temo, ni enfermedades ni angustias, Tú estás conmigo, porque Jesús te ha entregado por madre mía.

2.- Estoy, Virgen María, bajo tu sombra, en tu regazo, mi refugio es el Señor y tú me sostienes como a niño pequeño, porque aunque sea mayor, para las madres siempre ven a sus hijos como niños.

3.- Tú eres, Virgen María, salud de los enfermos, refugio de pecadores, consuelo de afligidos: ten misericordia de mí, ten misericordia de los pecadores, ten misericordia en concreto de....

4.- Que me alegre más que por mis mayores éxitos y mis mayores alegrías de esta vida, porque Jesús es mi salvador, mi Dios y mi único bien. Y tú eres su madre y mía.


5.- Miro cómo Cristo consuela a su madre con gratitud, con estima, con la piedad más grande del mejor hijo.

José María Lorenzo Amelibia

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