1.- En el momento primero de la oración, siempre ponerme en presencia de Dios. Durante la oración, un poco de disciplina, con atención consciente, darme cuenta de que estoy con mi Señor y Dios.
2.- Estar muy consciente ahora: yo estoy con Dios, Dios está conmigo.
3.- Prolongar esta atención durante la oración, prolongarla durante el día: Dadnos, Señor, un corazón nuevo; derrama en nosotros un espíritu nuevo. Entro más profundamente en la "espesura" de mi alma.
4.- Allí donde no hay disgusto, ni nervios, ni exaltación, ni excitación alguna. Desde esta profundidad del espíritu, adoro a mi Dios y Señor.
5.- Enséñame a mirar tu rostro y antes, muéstrame tu rostro, Señor.
6. Enséñame a contemplarte con atención amorosa.
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: jmla@jet.es
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Ver página web: http://web.jet.es/mistica