A lo largo de mi vida muchas veces he consultado y meditado sobre la reacción a tomar ante los sucesos los infortunios y sucesos desagradables que nos afectan. ¿Hemos de aceptarlos? ¿Luchar contra ellos? El criterio después de mucho pensarlo es claro. Cuando se trata de algo contrario a un deber profesional, familiar, de amor al prójimo, o contrario al ejercicio de mi persona en cualquier aspecto, procede luchar, poner los medios para salir de ese estado de cosas.
Después, confiar en la Providencia. Pero si, una vez puestos los medios normales, continúa aquel estado de cosas, es necesario abrazarlo del todo como venido de la voluntad de Dios. Mientras el asunto se encuentra en período de "curación", aceptar con paz todas las incomodidades y, si todavía tiene remedio, seguir luchando con constancia, pero con sosiego interior.
José María Lorenzo Amelibia
Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica
Más de mil artículos del autor sobre enfermos y debilidad en http://opina2000.com