Leo hoy esta noticia publicada en “Minuto digital” sobre el tristemente célebre Marcial Maciel:
"Dos hijos del sacerdote Marcial Maciel, fundador de la orden católica de los Legionarios de Cristo, aseguraron a una radio mexicana que sufrieron abusos sexuales por su padre cuando eran niños.
Uno de ellos, Raúl González Rivas, declaró a la emisora MVS, que a los 8 años el sacerdote, fallecido el 31 de enero de 2008 cuando tenía 87 años, intentó abusar de él por primera vez”.
Sigue más el texto informativo, pero ¿para qué profundizar en él? Únicamente me formulo estas dos preguntas:
¿Cómo es posible que Juan Pablo II, a pesar de los avisos que le habría dado Ratzinger se obnubilara y mantuviera al tal Marcial Maciel en el candelero? ¿Cómo han canonizado a Juan Pablo después de que no se diera cuenta del gol que le estaba metiendo Marcial? Es que el problema que ha creado Maciel es tremendo.
Por supuesto que con esta pregunta no ponemos en duda la santidad ni la ejemplaridad de este santo. La acatamos al cien por cien porque somos católicos. Únicamente expresamos nuestra extrañeza y deseamos que en este siglo de diálogo manifiesten, bien sea el papa o algún cardenal delegado, algo sobre el particular. Creo que a todos vendría bien una aclaración sobre el tema, pero una aclaración oficial, de algún dirigente eclesial.
José María Lorenzo Amelibia
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