1.- El sacrificio vespertino va a ser algún día muerte; mi propia muerte querida por mi Dios. .- Nuestro cuerpo, progresivamente va hacia la disolución.
2.- De todas las pruebas queridas por Dios para nosotros, la más terrible es la muerte.
3.- Yo ofrezco a Dios mi muerte como el mayor sacrificio, y la acepto en el lugar y hora que quisiere el Señor para mí.
4.- Puesto que es preciso sufrir esta pena, es útil aceptarla.
5.- Me elevo a mi Dios y acepto mi muerte; y confío que sea el sacrificio saludable y espero mi eterna salvación y mi resurrección.
Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica