¿Influyó San Juan de la Cruz en el misticismo de Karol Wojtyla?

Junto a la dimensión apostólica del Papa mediático está la otra faceta menos conocida como fueron sus deseos de una vida contemplativa y las expresiones sobre la unión con Dios. Y otros criterios que integran su misticismo tal y como aparece en su tesis doctoral El acto de fe en san Juan de la Cruz.

Bajo el influjo de San Juan de la Cruz Gran impresión causaba Juan Pablo II cuando de rodillas estaba en oración personal. Trasparentaba su unión con Dios y hacía realidad el cielo en la tierra. Como consta por la historia no realizó su deseo de vivir como contemplativo. En el cielo lo ha conseguido. No es de extrañar que las últimas palabras audibles fueran “dejadme ir a la casa del Padre”. Sin embargo, como lo reconoce George Weigel, biógrafo con 1300 páginas sobre la vida del Papa, existe dificultad para describir las profundas experiencias religiosas de Karol Wojtyla. Este biógrafo. describe en varios pasajes de su obra rasgos sueltos de lo que podemos llamar espiritualidad personal de Juan Pablo II, pero no llega a la intimidad por la reticencia del Papa en este aspecto.

Místico.
De todas maneras se puede afirmar que el Papa Wojtyla fue un místico con una intensa vida contemplativa aprendida de San Juan de la Cruz desde joven. Antes de ser sacerdote leía las obras del Santo carmelita. Y era tal su interés que aprendió el español para comprender mejor el mensaje del místico en el idioma original. Más aún, durante cierto tiempo, allá por 1945, se planteó la posibilidad de ingresar en el monasterio de los carmelitas descalzos en Czerna para llevar una vida contemplativa totalmente retirada del mundo. No ingresó pero continuó su entusiasmo por el místico español. De ahí que eligiera como tema para su tesis doctoral El acto de fe en san Juan de la Cruz.

La oración y la vida contemplativa Cielo en la tierra actualiza el encuentro del hombre con Dios mediante la oración. Precisamente, Juan Pablo II un año antes morir, describe la oración con los elementos de una conversación entre un yo y un tú: “en este caso, dijo el Papa, un Tú con mayúscula. La experiencia de la oración enseña que si inicialmente el yo parece el elemento más importante, uno se da cuenta luego de que en realidad las cosas son de otro modo. Más importante es el Tú, porque nuestra oración parte de la iniciativa de Dios”
Y en una Catequesis sobre el presbiterado anima a la contemplación a pesar del compromiso que encierra. Afirmó “que la vida contemplativa sigue siendo la joya más preciosa de la Esposa de Cristo, la Iglesia” Sin embargo “vale para todos la invitación a escuchar y meditar la palabra de Dios con espíritu contemplativo, a fin de alimentar con ella tanto la inteligencia como el corazón” (JUAN PABLO II, Mensaje a los peregrinos franceses, (24 de abril de 2004): sobre la oración.. Catequesis sobre el presbiterado (2 de julio de 1993) Testamento espiritual, Belcqua, Barcelona 2005, 82 y 83: sobre la vida contemplativa).

Criterios sobre el misticismo en la tesis de Wojtyla Del análisis que George Weigel, realiza sobre la tesis doctoral de Wojtyla, elegimos algunos criterios que contienen los fundamentos -raíces- de su misticismo.

La tesis concluye con el énfasis personalista del encuentro humano con Dios como centro de toda la vida cristiana y no algo reservado a los místicos;
También afirma que conocemos a Dios como conocemos a otra persona, a través de la entrega mutua de uno mismo. Como dos personas que se aman llegan a vivir una dentro de la otra sin perder sus propias y únicas identidades;
Y que Dios llega a vivir en nuestro interior, y, en cierto sentido, nosotros llegamos a habitar “dentro de Dios”, sin que las diferencias radicales entre Creador y criatura se hayan perdido;
Por lo tanto en la oración hablamos de Dios como “persona” y de un encuentro personal con Él;
Presenta la comunión mística, más que como una “subida” emocional como la experiencia de quien trasciende por completo las convenciones de nuestra existencia como criatura;
Sostiene que el misticismo, diálogo interior con un Dios personal aunque inefable, no es algo tangencial a la condición humana. Es fundamental para conocer al ser humano; las tensiones forjadas en el humano encuentro con el infinito son la clave del drama de la vida humana;

¿Objetivo de la vida cristiana? De esta forma, concluye Weigel, la tesis interpreta la espectacular enseñanza de san Juan de la Cruz de que el objetivo de la vida cristiana es convertirse en Dios por participación (G. WEIGEL, oc., 127-128, (con las notas 169y 170)

Pedro M. Lamet es otro de los biógrafos con su obra Juan Pablo II, hombre y papa. Es interesante saber cómo

-el acto de fe en San Juan de la Cruz según la tesis doctoral “es solo un primer paso para la visión unitiva”;
-”la unión del entendimiento con Dios, que se obtiene por la fe, aunque no logre psicológicamente la posesión del Objeto, se basa en una proporción psicológica del entendimiento de Dios”. (P. L. LAMET, oc. Atículo “La llama de amor viva 78-80 y la nota 170).
Conclusión final. ¿Qué deducción podemos sacar para el tema cielo en la tierra, de la tesis de Wojtyla sobre San Juan de la Cruz? Que la oración es fundamentalmente un acto de fe “interpersonal” al que acompañarán expresiones de amor y esperanza.Y un acto de fe que realiza “un primer paso para la visión unitiva”. Quien experimenta la presencia de Dios en una oración contemplativa intensa está en situación mística y realiza el cielo en la tierra. Juan Pablo II fundamentó la vida contemplativa-mística que el vivió con la modalidad de vida apostólica
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