Caminamos a la Pascua en medio de una crisis

Estamos en Cuaresma, y si Cuaresma se tiempo de conversión y reconocimiento de las propias faltas, por poder celebrar la Pascua , al Fiesta de la Vida, hemos de reconocer que esta es una cuaresma muy especial para los cristianos, que parece que atravesamos una crisis, un tiempo de purificación en nuestras propias filas, y en este caso no es precisamente por la secularización, o “por la persecución del gobierno”, o por los jóvenes que no se comprometen, o or la vida religiosa que no da la talla –“tantos chivos expiatorios que se hacen servir, para lavarse las manos-, sino precisamente por disputas y situaciones dolorosas que se están viviendo en la mismísima jerarquía, y en las que se ha salpicado al mismo Papa, que no dudo obra de buena fe, pero a la vista muy mal aconsejado, o al menos sin la medidas de prudencia que siempre ha procurado tener el “aparato Vaticano”. Dicen que la lentitud, era precisamente para dejar todo ligado, pero la vertiginosidad, les ha hecho caer en errores, trampas, o tal vez desaciertos.

Algo no funciona: El papa levanta la excomunión a los obispos de Lefrevre y ellos, no manifiestan una actitud acorde a su gesto: Uno niega el holocausto y pide disculpas Light, ara después volver al ataque, otro se empeña en decir que es Roma quien se ha de acercar a ellos, y no sé que barbaridades del Vaticano II.

Una semana después el Papa nombra un obispo que hace unas declaraciones increíbles sobre la homosexualidad y dice que Harry Potter se un demonio... y el Papa debe aceptar su renuncia antes de consagrarle obispo .

Pero a los problemas los tenemos en casa: En Murcia, hay una situación nada clara de dinero mezclado con titularidad en la UCAM, el obispo Reig defiende un legítimos derechos de la Iglesia, y otros obispos dan la titularidad a una Fundación. Hay algo que no está claro: El obispo de repente salta a una diócesis menos importante, y el Cardenal Cañizares implicado en el otro bando salta a Roma... y no hay explicaciones. Roma va muy rápido, y esto nos confunde, y aunque no nos afeca directamente, la gente pregunta y ¡se escandaliza!

Y surge en medio de todo esto una nueva pregunta: esta semana toca renovar o no al periodista estrella de La COPE. ¿qué pasará? Los obispos optarán por una línea más evangélica y por una voz más evangelizadora, o pesará más la popularidad o el populismo de Federico. Esperamos que obren con cautela y en coherencia.

Ojala comencemos a vislumbrar la luz de la Pascua, y los cristianos, en lugar de meternos en temas que no nos corresponden, comencemos a dedicarnos 100% a anunciar y vivir el mensaje de Jesús, que se hizo pobre y no tuvo nada que perder, sólo defender el derecho de su Padre de que todos sus hijos vivan con dignidad.

No lo olvidemos, estamos en crisis y la gente necesita respuestas, testigos, alguien que los acompañe, y esto es lo que realmente importa.

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