Multiplica los bienes para ayudar

Hace diez días, en Tucumán, Argentina, moría la Hna Pilar Bargiela.

Hace unos meses pedía ayuda para una operación que debían practicarle en la vista, pero no se pudo hacer nada: un tumor acabó con su vida.

Pertenecía a la congregación de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, y su obra era ni más ni menos que el servicio, ¡a fondo perdido! a los pobres, a los que amaba con pasión de madre.

Según reza el carisma de su congregación, se proponen seguir a Cristo que “se despojó de todo, asumiendo la condición de servidor y llegando a ser semejante a los hombres”, y sin duda esa fue la vida de la hermana Pilar: se dio del todo, y se hizo una con los más pequeños, marginados y humillados de la Villa en la que gastó y desgastó su vida.

Su amor a la Virgen María, la Madre de Jesús, imprimió en sus gestos y en sus entrañas, en sus actitudes, las de Ella, dando vida y sobre todo dando a Jesús a los más pobres.

Era una mujer de fe adulta y a prueba de todo: ella vivía el Evangelio, y lo demás no contaba. Pasó haciendo el bien.

Cuando llegó a Tucumán, allá por Abril del año 1989, junto a dos hermanas más, la capilla era muy pequeña y se atendía un comedor que se encontraba en situación muy precaria, en el que se acogía, -contando con muy pocos medios- a niños de familias carenciadas de la zona; tarea en la que la que eran ayudadas por la liga de madres de la Parroquia San Martín de Porres.

Por ese entonces la Capilla contaba con un grupo de catequesis, un Grupo juvenil, otro de la Legión de María y un Oratorio para niños y adolescentes.

Con la presencia de las hermanas, y de la Hna Pilar como alma de la obra, se llegó a un mejor conocimiento del barrio,- sus inquietudes y necesidades-, poco a poco se mejoraron las instalaciones del comedor al que prácticamente se lo construyó de nuevo, haciéndose salas para catequesis, reuniones de grupos, apoyo escolar y se llevó a cabo la ampliación del Templo.

Pude comprobar que era una Iglesia preciosa y muy bien cuidada. Me confesó la hermana Pilar que la habían construído entre todos, con la ayuda de gentes de toda clase social, artistas, familias, gnete muy pobre, albañiles, cartoneros, etc. Y me dijo: "Para la Iglesia no pedimos ayudas a las instituciones, dijimos que tendríamos la Iglesia que entre todo quisiéramos y pudiéramos. Al dinero lo pedimos para los que tienen hambre, necesidad, etc., eso es lo que quiere el Señor".

Actualmente las hermanas atienden cada día el comedor (Nazareth) , con mas de 200 niños y 40 ancianos, de Lunes a Viernes, y además dan apoyo escolar los sábado. Tienen un consultorio medico (clínica general y niños) atendido por dos medicas de manera voluntaria. También dan catequesis de Iniciación Cristiana y acompañamiento de varios grupos como la Legión de María, Apostolado de la Oración, Infancia y Adolescencia Misionera (IAM). Asociación de Nuestra Señora del Sufragio. Catequistas. Cuentan con un coro, y además un equipo que visita a los enfermos.

Ahora, nos piden ayuda a SOS TUCUMAN, y queremos ayudarles, sobre todo ahora que la hermana Pilar no está físicamente entre ellos.

Nosotros, desde este blog, desde Sos Tucumán, os pedimos ayuda para que podamos ayudar, y os pedimos que recéis con nosotros dando gracias a Dios por la vida de esta “Gallega” sensacional que fue la hermana Pilar, y pedirle que ella, desde el cielo, continúe ayudando a los pobres, que nos ayude a multiplicar cada día el pan, los euros, la ayuda, para ayudar a los que más lo necesitan…¡tal y como ella lo hacía cada día!

www.dominicos.org/manresa
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