Un asesino sin escrúpulos

Cuando leí la noticia de las clínicas de Barcelona en las que se practicaban abortos, se me disparó la alarma. Al ver que se hablaba y publicaba tanto, fui siguiendo la noticia, y sin duda llegué a la conclusión que estábamos ante un episodio reiterado de asesinato a mano armada de niños indefensos.

Al ver en el reportaje de la televisión danesa al asesino, llamado Dr. Morín, pensé: “-este es un monstruo, un inescrupuloso, en el pleno sentido de la palabra”. En el mismo, él afirma “yo tengo mi moral”, cuando en realidad es un sinvergüenza y un cobarde, un inmoral, que ha suscitado, con razón, la ira y el rechazo de muchísimos ciudadanos, hombres y mujeres de diferentes ideologías y credos.

El diccionario de la real academia define "al monstruo como una persona muy cruel y perversa. Como una persona de extraordinarias cualidades para desempeñar una actividad determinada". Bien, permitidme aplicar este término al susodicho y a todos sus cómplices.

Nunca insistiremos bastante: Estamos ante un hombre sin entrañas, que se ha convertido en una máquina de asesinar. Y si seguimos leyendo la noticia, y llegamos a la “trituradora de bebés y a su eliminación para borrar la prueba delito”, uno no puede menos que pensar que esto es un engendro “maldito”, y que estamos ante un pobre hombre, ante una piltrafa humana, que está acabada. Tal vez lo único que tiene ahora es dinero.

Provocar abortos con decapitaciones y/o inyecciones letales, lo inscribe en la página macabra de la historia de la humanidad, y en la lista de los cobardes, que viven a costa de la desesperación y el dolor de las personas. Ojala esto nos haga reflexionar sobre el valor de la vida y la dignidad de las personas, y nos ayude a ser mucho más respetuosos de las vidas de los inocentes.

Felicito el seguimiento que se hizo en los últimos días del tema. Pido a las autoridades que ejerzan medidas ejemplares para que esto no se vuelva a repetir, y que al Sr Morín (¿doctor?) lo sometan urgentemente a un tratamiento psiquiátrico, porque o está ciego de ambición, o está rematadamente mal de la cabeza.

Creo que estamos ante un nuevo holocausto.

Dios convierta los corazones de los protagonistas, y haga que tanta sangre inocente, sea un reclamo de misericordia y conversión para tantos corazones endurecidos que atentan contra la vida inocente.

Dios dé fortaleza y luz, a tantas mujeres desesperadas, que han acudido o acuden en su desesperación a centros como éstos, y haga que encuentren personas que les ayuden a asumir su situación, para que sus hijos de una, diez o treinta semanas, puedan nacer y disfrutar de la vida que siempre y a pesar de todo, es un DON.

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