Los gestos que anuncian el Reino…

Explicaba que, lógicamente a todos nos gusta dar buenas noticias, y si son malas, huimos o no nos queremos enfrentar para darlas. Mucho más si a quiénes hay que dar estas noticias son los padres de unos niños que están gravemente enfermos, y que lo único que ellos quieren es que sus hijos vivan, y que les digan que se curarán.
Estar en el día a día, acompañándoles, sobretodo cuando humanamente no había esperanzas de curación, intentando ayudar a aceptar la realidad con serenidad, le llevó a oír de algún padre: “-Suerte tenemos de que los hermanos estéis cerca en estos momentos, y que nos digáis algo, que nos acompañéis”.
Esto no hace ruido, no sale publicado en los grandes medios de comunicación, ni se cotiza en la bolsa, pero sin duda es un gesto humanizador cercano, que estoy convencida es el que ha de encarnar hoy, con humildad, la vida religiosa y lo que le da credibilidad.
Son los gestos que se repiten silenciosamente cada día en las personas de la hermana Genoveva que acoge y escucha a los presos, drogadictos y pobres de Barcelona; o en Fray Pedro Meca O.P que comparte sus horas con los sin techos en las calles de Paris, a los que les da la oportunidad de ser escuchados y acompañados; o los del Padre Patera y las Carmelitas Vedrunas que socorren a los inmigrantes que llegan a nuestras costas, dándoles cobijo y trabajando para que sean respetados en su dignidad. La lista es interminable, si pasamos por el albergue de San Juan de Dios de Barcelona, Valencia o Murcia, o por el Hogar San Martín de Porres de los dominicos de Madrid, o por los Cotolengos, residencias de ancianos, de enfermos mentales y hogares de niños, donde cada día, miles de religiosos y religiosas, anuncian en el servicio callado, que el reinado de Jesús es el que se hace servicio.
El evangelio de hoy nos recuerda que cuando crucificaron a Jesús, las autoridades se reían de Él y le decían, que si había salvado a otros, se salvara a sí mismo, si realmente era él el Mesías de Dios. Eso es lo que está pasando hoy con los discípulos de Jesús. Muchos les descalifican y se burlan de ellos porque son pocos, mayores, porque no hay vocaciones, y les acusan de mil maneras. Tal vez no han entendido que el Reino de Jesús, no es de este mundo, y que tal vez, en estas horas de sufrimiento, cuando todo habla de muerte, son ellos los que han de acompañar a la vida que se está gestando en el dolor, y que misteriosamente está brotando: ¿no lo notáis? –Is 43,16.
Feliz día de Jesucristo Rey del universo, y no lo olvidemos: Su Reino, no es de este mundo.
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