La misa criolla

Nos reunimos más de un centenar de paisanos y amigos de Cataluña, y juntos celebramos nuestra fe acompañados de una liturgia entrañable y de una “Misa Criolla”, cuyos acordes musicales nos ayudaban a sintonizar y a comulgar con nuestro Pueblo Argentino en estas horas nada fáciles.
Oramos juntos para pedir al Dios de la Vida que quiso poner su tienda entre nosotros, por todos aquellos familiares, amigos y conocidos, que allende los mares construyen el presente y el futuro con fe, esperanza, constancia, esfuerzo y mucho amor; por los que luchan cada día por un País grande y generosos que no acaba de levantar cabeza a causa de continua crisis económicas y sociales, en las que la clase política es la gran protagonista.
Juntos dimos gracias por la fe que nos transmitieron nuestros padres y por todo lo que Argentina nos dio. Agradecimos el compromiso de nuestros Pastores y su presencia al lado de los que se lo pasan peor: los pobres, los marginados, los enfermos, los perseguidos, y el de todos aquellos que se dan gratuitamente para que sus hermanos estén mejor.

Todo ello nos puso en órbita con las promesas liberadoras de nuestro Dios que viene a visitarnos. Hoy, a las puertas de la Navidad, recuerdo los acordes del “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra Paz a los hombres, paz a los hombres que ama el Señor” con los acordes de Ariel Ramirez, y le digo al que está a la puerta, a Jesús, que haga que esta paz nazca en cada corazón, en esta Navidad.
Termino recordando una Canción Navideña, con acordes folklóricos de Miguel A. Melano que utilizaba la imagen de los atardeceres tucumanos y la Navidad:
Al final, va cayéndose la noche tras del cerro,
y es el sol, un gorrión,
que encendido por su fuego echó a volar.
Y en la luz, se levantaran los hombres de esta tierra
al amor, que en cielo está creciendo como el sol:
Hay un pesebre chiquito,
en cada corazón,
y hay un lucero de paz
que comienza alumbrar en esta Navidad.
Cuando estés, recorriendo los senderos de la vida que pasó,
siéntate, y pregúntale al silencio por tu vida,
te dirá, que hay un niño despertando dentro tuyo y que está,
esperando que le ayudes a nacer.
Que le dejemos nacer, y que desde nuestro corazón, eché a volar.
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