Juan de Palafox, visitador de la Nueva España

Palafox, absoluto (IV) / Felipe de J. Monroy González. SIAME. 4 de abril.- Juan de Palafox y Mendoza tenía ya suficiente carga de trabajo como Visitador General de la Nueva España, Juez de Residencia de los virreyes Cerralvo y Cadereyta, y obispo de la diócesis de Tlaxcala (Puebla de los Ángeles como él mismo comenzaría a llamarla), pero los acontecimientos en Corona Española en lo conducirían a asumir todos los poderes civiles y eclesiásticos en la Nueva España en 1642.
En 1640, el Duque de Braganza conspiró contra del Rey Felipe IV logrando independizar al reino de Portugal del dominio de la monarquía española y se nombró Juan VI, Rey de Portugal. Mientras, el rey Felipe IV tenía en la Nueva España como virrey al Duque de Escalona y Marqués de Villena, quien era miembro de la dinastía de Braganza y primo de Juan de Portugal; así que el rey español tuvo fuertes sospechas sobre su representante en América.
“El Duque de Escalona se dedica a nombrar en su gabinete a judíos de origen portugués, se ciernen muchas sospechas sobre el Duque de querer también separar a la Nueva España de la Corona Española para sumarse a Portugal. Es entonces que a Palafox le llega una cédula, en donde se le dice: ‘si es menester quitarle la vida, hágalo’. El obispo Palafox tenía la orden de quitarle la vida al virrey, el duque de Escalona”, revela el investigador Pablo Salazar Andréu.
“El rey Felipe IV nombra a Palafox también juez de residencia del Duque de Escalona; éste aterrado, porque sabía que había cometido excesos, le ofrece un acto corrupto. A través de un carmelita descalzo (orden cercana a Palafox), le ofrece a cambio de un voto favorable en el juicio de residencia un compromiso firmado ante notario de que él, el Duque de Escalona se casaría con su hermana para que fuera duquesa, y prometió que el primogénito de ese matrimonio se casaría, a su vez, con una sobrina de Palafox para que en dos vidas, los Marqueses de Ariza, se hicieran de un título muy poderoso y rico que abarcaba el ducado de Escalona, el condado de San Esteban de Gormaz, y el marquesado de Villena”, dice Salazar.
Palafox desechó la propuesta y continuó con la auditoria a la persona y el gobierno del Duque de Escalona. Palafox sería nombrado Virrey de la Nueva España y Arzobispo de México. “No ha habido en toda la historia de todos los dominios españoles un hombre que acumule tanto poder –dice Salazar Andréu-: como Virrey era gobernador de los Reinos, Capitán General (jefe de los ejércitos), presidente de la Real Audiencia (como Jefe de Gabinete equivaldría al presidente de la Suprema Corte de Justicia y presidente de la Cámara de diputados y senadores), como Vicepatrono de la Iglesia (la autoridad más grande de la Iglesia), Juez de Residencia de tres virreyes (Cerralvo, Cadereyta y Escalona), Arzobispo de México y Obispo de Puebla. Es una acumulación de cargos. El historiador Lewis Hanke dice que si tomamos la documentación de Palafox en su virreinato de seis meses equivale a cinco años de gobierno de un virrey promedio”.
Estos cargos utilizados para corregir las injusticias y la corrupción, provocó la ira de muchos y muy influyentes enemigos, pero Palafox ya lo había declarado: “arrancar lo malo y plantar lo bueno fue a lo que Dios enviaba…”.