Obispo de Tlaxcala anima a denunciar irregularidades en proceso electoral
Mons. Francisco Moreno Barrón / Obispo de Tlaxcala. CEM. 18 de mayo.- La Santísima Virgen de Ocotlán, patrona de nuestra Diócesis, baja hoy de su basílica a recorrer las calles de la ciudad de Tlaxcala, bendiciendo sus hogares, comercios, hospitales, plazas, centros de trabajo y a cada uno de sus hijos que acuden a su encuentro en esta procesión desde distintos lugares de nuestro Estado y de nuestra Patria.
Ella ha caminado a nuestro lado desde que en 1541 se nos manifestó en un ocote ardiente. Nada de lo que vive su querido pueblo tlaxcalteca le es ajeno, por eso le encomendamos todo lo que somos y tenemos, todas nuestras necesidades materiales y espirituales, para que nos alcance de su Hijo Jesucristo las gracias que vamos necesitando a cada momento de nuestra vida, sobre todo en los acontecimientos o contextos más significativos.
Nuestra fe en Jesucristo y nuestro amor a la Virgen Santísima de Ocotlán nos comprometen en la transformación de las realidades temporales con sentido cristiano. Por eso hemos de conocer nuestra realidad y colaborar en la edificación de una sociedad mejor.
A tres semanas de las elecciones del próximo siete de junio, la realidad que vive hoy Tlaxcala no es diferente de lo que está sucediendo en nuestra patria. Por eso, recogiendo muchas voces en las comunidades tlaxcaltecas y unido a mis hermanos obispos de México, expreso ante la Santísima Virgen de Ocotlán y ante su pueblo Tlaxcalteca lo siguiente.
México llega a un nuevo proceso electoral en medio de una profunda crisis de credibilidad en la mayoría de sus instituciones, funcionarios y políticos. La corrupción y la violencia se han extendido. La pobreza no cede. La falta de acceso a servicios de salud, educación y nuevas tecnologías agigantan la desproporción entre unos cuantos privilegiados y muchos desfavorecidos. Los ciudadanos perciben que los partidos políticos no están ofreciendo propuestas claras y concretas para mejorar la situación.
Pese al desánimo que todo esto puede provocar, el proceso electoral del 7 de junio es una oportunidad para hacer algo ¡El voto es un derecho y un deber! Por eso:
1.- Invito a todos los ciudadanos y ciudadanas a que conozcamos, analicemos y compartamos opiniones sobre las propuestas de los candidatos y sobre la seguridad de que son honestos y de que cumplirán sus promesas. Este diálogo debemos hacerlo respetando los puntos de vista y la decisión de los demás.
2.- Animo a todos, para que acudamos a votar responsable y libremente, sin dejar que nadie quiera “comprar” nuestro voto a cambio de una despensa, dinero u otra cosa. Si algún candidato ofrece algo de esto, no le vendan su voto.
3.- A los sacerdotes, diáconos, consagradas, consagrados y agentes laicos de pastoral, les urjo a seguir promoviendo la dignidad de toda persona y el respeto a sus derechos humanos y políticos, conforme a lo que mandan las leyes del país y el Código de Derecho Canónico.
4.- A los funcionarios y candidatos, les pido un comportamiento ético-político sensible a la necesidad de los tlaxcaltecas, justo y respetuoso del Estado de Derecho.
5.- A los medios de comunicación les recuerdo la gran oportunidad que tienen de servir a nuestro Estado y a México, informando con la verdad, para que los ciudadanos, debidamente enterados, podamos ejercer mejor nuestro voto.
6.- ¡Votemos el 7 de junio! Y si notamos alguna anomalía, ¡denunciémosla a las autoridades!
7.- Tras la elección, seamos protagonistas en la construcción de nuestro Estado y de nuestro País. Unámonos, participemos y apoyemos el trabajo de las autoridades legítimamente elegidas, y vigilemos y exijamos juntos que cumplan sus compromisos de campaña y que escuchen y atiendan a las necesidades del pueblo. No dejemos sólo en manos de los políticos el destino de nuestro Tlaxcala y de nuestro México.
Virgen Santísima de Ocotlán, gracias por tu presencia maternal entre nosotros. Ayúdanos a que nuestra fe en tu Hijo Jesucristo se manifieste en un compromiso diario por construir una sociedad donde reinen los valores de la verdad, la justicia y la paz. Amén.