El milagro que lo llevó a los altares



Abimael César Juárez / SIAME. 15 de octubre.- Una recién nacida desahuciada, en quien los doctores de diversos hospitales agotaron todas las posibilidades médicas, hoy, luego de 7 años, es un vivo milagro gracias a la intercesión del niño cristero José Sánchez del Río quien será canonizado por el Papa Francisco en Roma este domingo 16 de octubre. Desde la fe platicó con Paulina Gálvez Ávila, madre de la pequeña Ximena, para conocer y compartir su testimonio de fe.

La señora Paulina Gálvez contó que su bebé nació en septiembre de 2008 y a los dos meses presentó tuberculosis, infarto cerebral, meningitis, ataques epilépticos y le tuvieron que cortar un pedazo de pulmón. “Comenzaron los peores momentos de mi vida, con la terrible incertidumbre de no saber si mi hija moriría; me vi en la necesidad de pedir al P. Agustín Patiño que la bautizara en el mismo hospital, el de Santa María de Sahuayo, en Michoacán”.

Dijo que el día en que le informaron que ya no había nada qué hacer por la vida de su hija, ella se sintió morir, pero no se dio por vencida y pensó en Dios como su única esperanza. “Cuando vi entrar a mi bebé a terapia intensiva, pensé que podría ser la última vez que la vería con vida. Los doctores la indujeron en coma por 72 horas. Con la imagen del niño “Joselito” en la mano, le pedí con toda la fuerza de mi fe que intercediera ante Dios para que la salvara, que me hiciera el milagro de que viviera”.

Externó que, al día siguiente, cuando entró a la sala de terapia intensiva, vio a su bebé y se percató de que movía una piernita. “En ese momento el corazón me dio un salto. Al segundo día parpadeó; busqué al doctor inmediatamente para avisarle sobre las reacciones de Ximena, pero no me creyó y como respuesta me dijo que esos movimientos eran provocados por el equipo médico de reanimación al que ella estaba conectada a través de diferentes aparatos, insistió en que no había esperanza y que mi hija estaba ya en estado vegetal”.

La señora Paulina Gálvez dijo que, para asombro de todos, Ximena comenzó a reaccionar, a moverse; con la manita apretaba su dedo, mientras los doctores Rosendo Sánchez, Lucy Martínez y otro de apellido Capistrano observaban sorprendidos todo lo que sucedía. “Me pidieron guardar la calma. Querían examinar a Ximena para comprobar que no hubiera secuelas por el infarto cerebral y la meningitis. Le hicieron cuantos estudios creyeron pertinentes. Y al final constataron que mi hija milagrosamente había sanado por completo. Días después la dieron de alta. ¡Si esto no es un milagro, no sé cómo se le podría llamar!”.

Por último, Paulina Gálvez Ávila dijo que la imagen de José Sánchez del Río le había sido enviada por unos familiares a su domicilio cuando residía en Estados Unidos y que gracias a la sanación de Ximena, hoy todos los que fueron testigos de lo ocurrido difunden la vida del niño que este domingo será canonizado y cuya causa fue postulada por el P. Fidel González y el P. Antonio Berumen.
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