Los obispos de la Arquidiócesis de Oaxaca llaman a hombres y mujeres a "arriesgarse por una sociedad más justa"
Los obispos José Luis Chávez Botello y Óscar Campos Contreras, titular y auxiliar de la Arquidiócesis de Oaxaca, respectivamente, hablan sobre la crisis de valores que padece la sociedad. La solución, a juicio de los prelados, está en hombres y mujeres audaces que afronten las preguntas existenciales de su vida y comunidad para fortalecer los valores que han venido en un franco deterioro, a la vez que se muestra el desencanto por la vida que se va llenando de espejismos de poder, placer y dinero.
Si bien los obispos de la arquidiócesis oaxaqueña muestran este sin-sentido de la vida que se aproxima mejor al deleite de los bienes temporales por los cuales cualquier persona está dispuesto a sacrificarse, la realidad de Oaxaca también está inscrita en la de ser una de las entidades de la República con mayores índices de pobreza subsistiendo con lo necesario, padeciendo enfermedades que se dan en países africanos y donde los niveles de desarrollo humano rayan en el escándalo cuando en la entidad existen individuos poderosos cuya riqueza raya en la obscenidad. Es claro que se han aprovechado de la ignorancia, la pobreza y el hambre de los que menos tienen para ir fincando imperios que tiene sumida en la marginación a una parte importante de la población de Oaxaca y de México.
No hay duda de que existen mujeres y hombres que se arriesgan por una transformación de la sociedad como pretenden los obispos en su mensaje semanal; sin embargo, los fieles, los creyentes, los pequeños del Evangelio, están olvidados como para que arriesguen lo poco que tienen, en cualquier sentido. “Primero está comer que ser cristiano”, y la exigencia de los obispos debería dirigirse a los poderosos del Estado, a sus gobernantes y líderes, que en gran medida tienen en sus manos la solución para alcanzar la paz y una sociedad más humana para todos.
Ofrecemos el comunicado de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca como fue publicado en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Necesitamos hombres y mujeres que se arriesguen
Comunicado de Prensa
Ante la crisis profunda que nos afecta a todos, no podemos cerrar los ojos o marginarnos de lo que sucede en nuestra sociedad; analistas y gobiernos reconocen ya que la actual crisis económica mundial dañará severamente a los países. Los hombres y mujeres de buena voluntad, y principalmente quienes tienen más conocimientos, gobierno, autoridad moral y poder económico, no pueden quedar solo como observadores pasivos del deterioro social y cultural. También los católicos tenemos una responsabilidad social.
La iglesia vive en sociedad y culturas concretas, no fuera de ellas; por lo mismo, no puede alejarse de la vida real de las personas sino compartir sus gozos y esperanzas, sus angustias y sufrimientos ofreciendo a todos la luz de Jesucristo para encontrar e iluminar las preguntas existenciales del ser humano.
Cuando las personas no afrontan adecuadamente las preguntas existenciales de su vida y de su comunidad, se multiplican las ambigüedades y las contradicciones, viene luego el deterioro de los valores fundamentales, la pérdida del sentido de lo que se hace, el debilitamiento de las instituciones y el desencanto por la vida. Entonces es patente el vacío de ideales capaces de orientar la vida, de dar sentido al trabajo perseverante, de forjar personas responsables, realizadas y alegres.
El vacío de ideales en las personas y de los valores fundamentales en la convivencia social pronto se va llenando por los mitos y espejismos del poder, del placer y del dinero; el egoísmo y la ambición se convierten en el motor que, a cualquier costo, justifica todos los medios. Así se llega a corromper y hasta pervertir la política, el trabajo humano, la educación, la economía, la comunicación y se manosea lo referente a la misma vida como la familia y la sexualidad. Así somos empujados cada vez a un callejón sin salida.
Existe una enorme contradicción cuando se dice luchar a favor de los derechos humanos, aún de los animales y de las plantas, pero al mismo tiempo se promueve el aborto y la eutanasia; con la máscara de supuestos derechos se priva de la vida a inocentes y se ofrece “muerte dulce” a quienes en el fondo se considera improductivo, una carga inútil o un estorbo. Es una contradicción buscar la paz por caminos de violencia, demandar la justicia cometiendo injusticias, educar dando mal ejemplo, propalar que se quiere el bien común pero en la práctica solo se buscan los intereses egoístas y de grupos.
Nuestro malestar social no se resuelve solo con logros económicos ni con algunas mejoras en la política porque se trata de un problema profundo social y humano que ha dañado gravemente los valores claves de la civilización, de la vida humana y de la convivencia entre las personas. Si no queremos parches, necesitamos actuar con urgencia desde todas las instancias, sectores y familias e impregnar de los valores fundamentales la convivencia social y de ideales auténticos todas las etapas de la educación de las personas.
¿Queremos realmente convivir en paz o seguiremos permitiendo que impere la sinrazón y la violencia?. Oaxaca necesita hombres y mujeres que se arriesguen, con todas sus fuerzas, por una sociedad y una vida más humana para todos.
Con nuestra oración y bendición para todos.
+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
+ Oscar Campos Contreras
Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca
Si bien los obispos de la arquidiócesis oaxaqueña muestran este sin-sentido de la vida que se aproxima mejor al deleite de los bienes temporales por los cuales cualquier persona está dispuesto a sacrificarse, la realidad de Oaxaca también está inscrita en la de ser una de las entidades de la República con mayores índices de pobreza subsistiendo con lo necesario, padeciendo enfermedades que se dan en países africanos y donde los niveles de desarrollo humano rayan en el escándalo cuando en la entidad existen individuos poderosos cuya riqueza raya en la obscenidad. Es claro que se han aprovechado de la ignorancia, la pobreza y el hambre de los que menos tienen para ir fincando imperios que tiene sumida en la marginación a una parte importante de la población de Oaxaca y de México.
No hay duda de que existen mujeres y hombres que se arriesgan por una transformación de la sociedad como pretenden los obispos en su mensaje semanal; sin embargo, los fieles, los creyentes, los pequeños del Evangelio, están olvidados como para que arriesguen lo poco que tienen, en cualquier sentido. “Primero está comer que ser cristiano”, y la exigencia de los obispos debería dirigirse a los poderosos del Estado, a sus gobernantes y líderes, que en gran medida tienen en sus manos la solución para alcanzar la paz y una sociedad más humana para todos.
Ofrecemos el comunicado de la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca como fue publicado en el sitio de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Necesitamos hombres y mujeres que se arriesguen
Comunicado de Prensa
Ante la crisis profunda que nos afecta a todos, no podemos cerrar los ojos o marginarnos de lo que sucede en nuestra sociedad; analistas y gobiernos reconocen ya que la actual crisis económica mundial dañará severamente a los países. Los hombres y mujeres de buena voluntad, y principalmente quienes tienen más conocimientos, gobierno, autoridad moral y poder económico, no pueden quedar solo como observadores pasivos del deterioro social y cultural. También los católicos tenemos una responsabilidad social.
La iglesia vive en sociedad y culturas concretas, no fuera de ellas; por lo mismo, no puede alejarse de la vida real de las personas sino compartir sus gozos y esperanzas, sus angustias y sufrimientos ofreciendo a todos la luz de Jesucristo para encontrar e iluminar las preguntas existenciales del ser humano.
Cuando las personas no afrontan adecuadamente las preguntas existenciales de su vida y de su comunidad, se multiplican las ambigüedades y las contradicciones, viene luego el deterioro de los valores fundamentales, la pérdida del sentido de lo que se hace, el debilitamiento de las instituciones y el desencanto por la vida. Entonces es patente el vacío de ideales capaces de orientar la vida, de dar sentido al trabajo perseverante, de forjar personas responsables, realizadas y alegres.
El vacío de ideales en las personas y de los valores fundamentales en la convivencia social pronto se va llenando por los mitos y espejismos del poder, del placer y del dinero; el egoísmo y la ambición se convierten en el motor que, a cualquier costo, justifica todos los medios. Así se llega a corromper y hasta pervertir la política, el trabajo humano, la educación, la economía, la comunicación y se manosea lo referente a la misma vida como la familia y la sexualidad. Así somos empujados cada vez a un callejón sin salida.
Existe una enorme contradicción cuando se dice luchar a favor de los derechos humanos, aún de los animales y de las plantas, pero al mismo tiempo se promueve el aborto y la eutanasia; con la máscara de supuestos derechos se priva de la vida a inocentes y se ofrece “muerte dulce” a quienes en el fondo se considera improductivo, una carga inútil o un estorbo. Es una contradicción buscar la paz por caminos de violencia, demandar la justicia cometiendo injusticias, educar dando mal ejemplo, propalar que se quiere el bien común pero en la práctica solo se buscan los intereses egoístas y de grupos.
Nuestro malestar social no se resuelve solo con logros económicos ni con algunas mejoras en la política porque se trata de un problema profundo social y humano que ha dañado gravemente los valores claves de la civilización, de la vida humana y de la convivencia entre las personas. Si no queremos parches, necesitamos actuar con urgencia desde todas las instancias, sectores y familias e impregnar de los valores fundamentales la convivencia social y de ideales auténticos todas las etapas de la educación de las personas.
¿Queremos realmente convivir en paz o seguiremos permitiendo que impere la sinrazón y la violencia?. Oaxaca necesita hombres y mujeres que se arriesguen, con todas sus fuerzas, por una sociedad y una vida más humana para todos.
Con nuestra oración y bendición para todos.
+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
+ Oscar Campos Contreras
Obispo Auxiliar de Antequera-Oaxaca