La estulticia profesional de algunos políticos.

Visité el Valle de los Caídos, por primera vez, cuando solo era un niño y ni siquiera entendía nada de política –ahora entiendo menos- ni me preocupaba lo más mínimo. El monumento al que subí a pie por las escaleras laterales que arrancan desde la hospedería del Valle, me pareció, entonces, algo realmente hermoso y brutal por su belleza, su grandeza y su vistosidad. ¡Qué magnífica y faraónica obra arquitectónica! Desde entonces he acompañado a visitar el Valle a cientos de amigos, sobre todo extranjeros, que siempre han quedado, como yo, impresionados de tanta belleza. No sólo por la obra en sí misma sino por el hermoso lugar donde está enclavada, “Cuelgamuros”. Además está muy cerca de esa maravilla mundial que es el Monasterio de El Escorial. Un conjunto digno de admiración.
Seguramente estáis pensando que me voy a pronunciar sobre la urgencia o no que tiene la exhumación de los restos de Franco; pues no, eso lo dejo para los políticos, de uno u otro signo, que bastante pelmazo nos están dando con el tema en estos días, casi tanto que como la ex de Bustamante, Paula Echevarría, con la que últimamente comemos, cenamos y “nos vamos a la cama”. ¡Vaya hartazgo!
Quería mantenerme al margen de todo este tema hasta que he oído al necio de un señor llamado Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, decir que lo mejor es demoler el Valle de los caídos. No me he podido contener. ¿Pero este necio sabe lo que dice?¿Diría lo mismo si el monumento estuviera en el País Vasco? Yo le daría el premio al bobo del año. ¿O tal vez al rencoroso del año? Porque hay que tener mala baba para proponer una cosa así con un monumento tan bello y grandioso que visitan miles de turistas cada año y deja cuantiosos beneficios al erario público. ¡Será necio!
Se podrá despojar al monumento de connotaciones políticas si es conveniente. ¿Pero destruirlo? Es la mentalidad de los talibanes que son capaces de demoler obras arquitectónicas de la antigüedad con gran valor artístico por un fanatismo incomprensible. Señor Aitor Esteban que se te ve el plumero talibán. ¡Contrólese un poco hombre¡ Es conveniente pensar un poco antes de opinar para no caer en el ridículo.
Usted, si le dejan, destruiría hasta el acueducto de Segovia porque lo suyo parece odio a lo español.
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