¿y si el Espíritu escuchara a mi amigo David? Un nuevo Papa
Sí a la sinodalidad
En estos días, las quinielas, como si esto fuera un juego de azar, surgen por doquier, unas para trazar los rasgos que ha de tener el nuevo Papa, otras para tratar de influir en la opinión pública -Lo veo difícil en los cardenales- antes de que se produzca la fumata blanca. Es vedad que un cambio drástico de la línea de Francisco causaría extrañeza, cuando no conmoción. La línea del Papa Francisco de reforma y de acercamiento a los descartados se ha mostrado conveniente en este mundo complejo de cambios radicales que la Iglesia tiene que afrontar porque no vive en el siglo XIII sino en el XXI, y esto no es algo indiferente.
Es evidente que un Papa, según el corazón de Dios, es el que más se parezca a Jesucristo en su fondo -ser fiel a su palabra- y en su forma -acercarse a los hombres y mujeres de hoy, como se acercó a los de entonces- No es poco lo que se le pide pero no se le puede pedir menos. La historia del Papado está llena de grandes sorpresas en uno y otro sentido. Un equilibrio que no es fácil de guardar, pero que los cristianos tenemos derecho a exigir en un tiempo en que la fe parece querer evaporarse en las nuevas generaciones y la Iglesia ha perdido, en gran parte, su autoridad. En la próxima figura del nuevo Papa se concentran el caminar y el prestigio evangélico que necesitamos para que la Iglesia siga siendo transmisora fiel del evangelio en un tiempo en que se ha perdido la transmisión tradicional de la fe de padres a hijos.¡Menuda tarea le espera al Papa y a nosotros! La ausencia de Dios se abre paso en la sociedad co una prisa inusitada. Para mí es la mayor desgracia que puede ocurrirnos. Sería una auténtica pandemia espiritual, que algunos desean y promocionan por oscuros intereses ideológicos y económicos. La Iglesia tiene que afrontar retos y desafíos como nunca ha tenido que enfrentar, como la inteligencia artificial, por ejemplo, además del reto de la pluralidad que siempre ha sido un tema conflictivo y difícil de encarar porque hoy la pluralidad es más plural que nunca. Todo sería más fácil si la Iglesia supiera escuchar de verdad a sus hijos de base desde dentro, sin ponerles delante temas cerrados que es una manera de quitarles libertad. Nadie va a apostar hoy por una institución que no es libre en su interior. Esto significa respetar de verdad el espíritu sinodal. Sin restarle nada al evangelio pero abiertos a los desafíos modernos con respuestas de hoy. No sabemos cómo actuaría Jesús ante la inteligencia artificial pero conocemos sus valores humanos más esenciales.: humanidad, respeto, tolerancia, aceptación de lo diverso, evitar juicios y, sobre todo actuar con amor incondicional,...etc
Tengo varios amigos que en estos días me están diciendo: Mójate y dinos quién deseas que sea el nuevo Papa y a todos les digo lo mismo: Depende del Espíritu Santo y ellos me dicen: como no sabemos lo que piensa el Espíritu Santo dinos, al menos que piensas tú. Y les digo para mojarme y porque me encantaría que fuera. Yo rezo para que sea el cardenal Ángel Fernández Artime, proprefecto de la vida consagrada, que es un hombre joven, cercano muy agradable en el trato, de familia de pescadores, lo que le añade un plus de similitud con san Pedro y que fue rector mayor de los salesianos, lo que le confiere una larga experiencia de gobierno. Alguno de mis amigos se ha informado bien sobre él, como David de Segovia, y parece que le ha convencido porque ha puesto su imagen en su perfil de wasap para que le vayan conociendo. ¡Mira tú si el Espíritu Santo entra en el wasap de Davld, el segoviano, que es tan buena persona, y le convence la propuesta….!
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