¡Hay Esperanza!

¡Hay Esperanza!
¡Hay Esperanza!

Queridos amigos que compartís conmigo este minuto: ¡Feliz Pascua de resurrección!

Sé que cuesta entenderlo, y más en estos momentos que nos está tocado vivir, en los que posiblemente nos preguntemos: ¿Dónde está la luz?, ¿Dónde está su presencia?, ¿Dónde la vida venciendo a la muerte? Por eso, hoy más que nunca, debemos sopesar la oscuridad que nos envuelve y la luz de la fe en el Resucitado.

Él nos vuelve a salir al encuentro, vuelve a caminar con nosotros, contigo, que estás leyendo esto, pero necesitamos saber reconocerle.

Sé que puede ser más fácil o cómodo quedarnos en la Pasión del viernes o en el silencio del sábado, sobre todo cuando la muerte es tan visible. Cuando nos acecha cada día, pero también la vida. Ella se nos hace presente en cada amanecer, en esa sonrisa, en esa mano tendida, en ese abrazo o caricia o en un “te quiero” o “gracias”. ¿no es eso vida, no es esperanza?

La vida está llamada a ser Pascua, a confiar y hacerlo con esperanza. A saber, reconocer sus huellas en la fuerza y el coraje. Esto no significa que desaparezca el dolor, pero sí, nos abre paso a la VIDA, a una vida entregada y recibida.

Quizá sea el momento de pararnos y pensar qué es lo que supone ser anuncio de la VIDA en este tiempo de incertidumbre, donde nos abruman las preguntas sin demasiadas respuestas. Si somos capaces de contestar a esta pregunta, estoy segura que palabras como PASCUA, ESPERANZA o RESURRECCIÓN, resonaran en nuestro interior de manera diferente…

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

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