Homenajes y oraciones a la tumba de 'Franciscus' Miles de fieles rinden homenaje al Papa Francisco a los seis meses de su fallecimiento

Tumba de Franciscus
Tumba de Franciscus

Makrickas: "El flujo de peregrinos nunca ha disminuido y, durante el Jubileo de los jóvenes del pasado agosto, en solo cuatro días alcanzamos las 100 000 presencias"

"El papa Francisco para mí es un ángel precioso, le quiero mucho, siempre me ha impresionado que vea a todos por igual, que seas amarillo, negro, hombre o mujer, para él todos somos iguales, como lo somos a los ojos de Dios"

(Vatican News).- La rosa blanca colocada junto a la inscripción Franciscus parece un regalo para quienes, bajo el cielo plomizo de Roma, se han visto sorprendidos por la lluvia matinal y, a pesar de ello, han hecho cola para acceder a la basílica papal de Santa María la Mayor. Allí, ante la tumba del papa Francisco, ha encontrado consuelo y ha rendido su homenaje hoy, 21 de octubre, seis meses exactamente después de su fallecimiento.

Entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, este rincón blanco, dominado por la reproducción de la cruz pectoral que le acompañó durante gran parte de su vida, acoge las oraciones y súplicas de quienes sintieron a Francisco a su lado durante los más de 12 años de pontificado. «Cercanía» es la palabra que repiten los peregrinos al hablar de él; «sencillez» es el otro pilar de su magisterio.

Creemos. Crecemos. Contigo

El Evangelio en su autenticidad

La fila de fieles que quieren atravesar la Puerta Santa y rezar ante la tumba de Francisco comienza temprano por la mañana. «El flujo de peregrinos —explica el arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor, el cardenal Rolandas Makrickas— nunca ha disminuido y, durante el Jubileo de los jóvenes del pasado agosto, en solo cuatro días alcanzamos las 100 000 presencias».

Son cifras importantes, pero lo que más impresiona al cardenal es la devoción y la admiración «por una vida vivida de manera evangélica y que ha tocado tantos corazones». «Las personas que se sienten atraídas por la alegría de vivir el Evangelio en su esencia, con autenticidad, han visto en el papa Francisco la manera de ponerlo en práctica, con palabras y gestos claros». Incluso en la sencillez de su tumba, subraya el cardenal, reconocen su vida.

«¡María me mira!»

«Muchos —afirma el arcipreste— preguntan dónde está la capilla donde rezaba el papa Francisco, lo que para mí es un legado muy valioso para la Iglesia, porque su vida de oración, de apostolado, de misión, enseñó a las personas a acercarse a la Madre de Dios y, sobre todo, a la Salus Populi Romani». Jorge Mario Bergoglio se arrodilló 126 veces para rezar ante la Virgen, antes y después de sus numerosos viajes apostólicos. «Sus oraciones —recuerda Makrickas— eran sencillas. Una vez me dijo que no venía a mirar el rostro de María, sino a dejarse mirar por ella, a contemplar su vida e inspirar sus pensamientos». «El deseo de ser mirado por la Madre de Dios, de hecho —concluye el cardenal—, lleva a conocer mejor la voluntad de su hijo Jesús».

Santa María la Mayor

El amor por los más desfavorecidos

A media mañana, el grupo que llega de la parroquia de Sant'Ambrogio di Vignate, en la provincia de Milán, acompañado por el teniente de alcalde Daniele Calvi, es cada vez más numeroso. Poco a poco se dirigen hacia los controles de acceso. La mayoría son jubilados, envueltos en chubasqueros para protegerse de la lluvia.

Nadia es una abuela y, al oír el nombre del papa Francisco, se percibe un velo de emoción en su mirada. Recuerda que su peregrinación jubilar se decidió antes de la muerte del papa, pero que el Espíritu Santo siempre elige a la persona adecuada en el momento adecuado.

«Siempre me ha impresionado la atención del papa Francisco por los más desfavorecidos, la caridad que nacía de ello. Ha demostrado mucho con hechos, porque palabras se dicen muchas». Giorgio también forma parte del mismo grupo y, hablando de Francisco, dice que ha sido «un gran papa». «Era una presencia constante en la vida cotidiana», afirma Matteo, que se define como poco practicante. Se refugia bajo un paraguas claro junto a Lorella, que, como él, es informática de profesión. Para ella, «sencillez» es la palabra con la que recordar al papa Francisco: sencillo en su enfoque, en sus gestos y en su vida cotidiana.

Fieles en la tumba de Francisco

La paternidad de Francisco

El obispo copto Antonios Aziz Mina, canónigo de la Basílica Papal, camina deprisa, tiene unos profundos ojos azules y responde con gusto a las preguntas sobre el Papa que vino «del fin del mundo». «Le acompañé varias veces a la capilla de la Salus Populi Romani cuando se reunía ante la Virgen, animaba a todos a rezar el rosario y a sentir la maternidad de María». El prelado cuenta el homenaje que suelen rendir los numerosos fieles argentinos que, como él, han sentido y sienten al papa Francisco como un padre. Para el obispo Mina, «esto es lo más conmovedor de su personalidad».

Las periferias existenciales

Sofía y Filippo son dos estudiantes universitarios, procedentes de Villanova Santa Margherita, no lejos de Venecia. Crecieron viendo al papa Francisco en la televisión y Filippo no olvida la atención que el pontífice prestaba a los jóvenes y a la naturaleza. Sofia, por su parte, lo lleva en el corazón por su «Buenas noches», en el momento en que se asomó a la Loggia delle Benedizioni, un saludo sin demasiadas florituras, poco después de ser elegido obispo de Roma. Giuliana, que es italo-brasileña, cuenta que va a menudo a la tumba de Santa María la Mayor para sentirse más cerca y encontrar la paz. Don Johannes, párroco de la diócesis alemana de Tréveris, y el padre Emmanuel, que guía a un grupo de Bruselas, coinciden en la nueva visión que Francisco ha ofrecido sobre las periferias existenciales y materiales. «Es maravilloso —cuenta con acento francés el padre Emmanuel— comenzar nuestra peregrinación cerca de él y cerca de María para caminar con Jesús en este Año Santo».

El padre Emmanuel, en Santa María la Mayor

Casi fuera de la basílica se acerca Estela, sonríe mucho, es la primera vez que viene a Roma y le impresiona tanta belleza. Es mexicana, pero vive en Estados Unidos. «El papa Francisco para mí —cuenta— es un ángel precioso, le quiero mucho, siempre me ha impresionado que vea a todos por igual, que seas amarillo, negro, hombre o mujer, para él todos somos iguales, como lo somos a los ojos de Dios». Ya no llueve, ha salido un tímido sol, los peregrinos guardan los paraguas y los impermeables, siguen haciendo cola, decididos a rendir homenaje al papa Francisco llevándole como regalo recuerdos, preocupaciones y pensamientos, pero sobre todo sus sinceras oraciones.

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