"Los padres tienen que ser pacientes. A veces solo cabe rezar y esperar" El Papa denuncia la guerra "fratricida entre cristianos" de Ucrania: "Es un escándalo"
(José M. Vidal).- Audiencia en el aula pablo VI por el frío que reina en Roma. El Papa es recibido al son del 'Sólo le pido a Dios', entonado por el cantautor costarricense Martín Valverde y su grupo. Francisco está radiante con su gente y dedica su catequesis a los padres. Les pide que estén siempre presentes en sus familias, pero sin ser controladores, sino más bien, "pacientes y custodios de la fe, de la bondad y de la justicia" de sus hijos.
Lectura de la carta de San Pablo a los Efesios: "Honra a tu padre y a tu madre".
Algunas frases de la catequesis del Papa
"Segunda parte de la reflexión sobre la figura del padre en la familia"
"El aspecto positivo"
"Toda familia necesita un padre"
"El libro de los Proverbios"
"Orgullo del padre por transmitir a su hijo un corazón sabio"
"Seré feliz cada vez que actúes con sabiduría"
"Me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre"
"Un padre sabe bien lo que cuesta transmitir esta herencia"
"Cercanía, dulzura y firmeza"
"La primera necesidad es, pues, que el padre esté presente en la familia y cercano a la mujer para compartirlo todo"
"Cercano a sus hijos, cuando juegan, cuando se expresan y cuando están taciturnos"
"Padre presente siempre".
"Decir presente no es lo mismo que decir controlador: Los padres demasiado controladores anulan a los hijos y no los dejan crecer"

"¡Cuánta dignidad y ternura en el padre que espera en la puerta de casa a que el hijo retorne!"
"Los padres tienen que ser pacientes. A veces solo cabe rezar y esperar"
"Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar y también corregir con firmeza"
"El padre saber corregir sin hundir"
"Una vez, oí a un padre decir: A veces, debo pegar un poco al hijo, pero nunca en la cara, para no envilecerlo. Es el sentido de la dignidad"
"Los hijos necesitan un padre que los espera"
"Los padres son custodios de la fe y de la bondad y de la justicia"

Resumen de la catequesis del papa en español
Queridos hermanos y hermanas
Hoy quisiera referirme al aspecto positivo y decisivo de la figura del padre. Toda familia necesita un padre. Un padre que no se vanaglorie de que el hijo sea como él, sino que se alegre de que aprenda la rectitud y la sensatez, que es lo que cuenta en la vida. Esto será la mejor herencia que podrá transmitir al hijo, y se sentirá henchido de gozo cuando vea que la ha recibido y aprovechado. Por eso trata de enseñarle lo que el hijo aún no sabe, corregir los errores que aún no ve, orientar su corazón, protegerlo en el desánimo y la dificultad. Todo ello con cercanía, con dulzura y con una firmeza que no humilla. Para ser un buen padre, lo primero es estar presente en la familia, compartir los gozos y las penas con la mujer, acompañar a los chicoss a medida que van creciendo. La parábola evangélica del hijo pródigo nos muestra al padre que espera a la puerta de casa el retorno del hijo. Sabe esperar, sabe perdonar, sabe corregir. También hoy los hijos, al volver a casa con sus fracasos, necesitan a un padre que los espera, los protege, los anima y los enseña cómo seguir por el buen camino. A veces tienen que castigarlos per nunca le darán una bofetada en la cara. Muchas veces no lo admitirán, pero lo necesitan. Como todos necesitamos acudir al único padre bueno, como dice el Evangelio (cf. Mc 10,18), el Padre nuestro que está en los cielos.
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Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos al Señor que nunca falte en las familias la presencia de un buen padre, que sea mediador y custodio de la fe en la bondad, la justicia y la protección de Dios, como san José. Muchas gracias.
Saludo en italiano
"Mi pensamiento va al amado pueblo ucraniano. La situación está empeorando y se agrava el conflicto entre las partes. Recemos por las víctimas, entre ellas muchísimos civiles y por sus familias. Y pidamos al Señor que cese cuanto antes esa horrible violencia fratricida. Pido esfuerzo a nivel internacional por que se retome el diálogo, uúnica via posible para recuperar la paz en esa martirizada tierra"
"Cuando oigo victoria o derrota siento tristez aen el corazón. No son palabras justas. La única palabra justa es paz"
"Pienso en vosotros. Ésta es una guerra entre cristianos. Todos tenéis el mismo bautismo. Estáis luchando entre cristianos. Esto es un escándalo. Recemos todos, porque la oración es nuestra protesta ante Dios en tiempo de guerra"
Saluda a todos los obispos qu epartticipan en un encuentro de San Egidio.
Saluda también al Rotary Club de Roma

Texto completo de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy quisiera desarrollar la segunda parte de la reflexión acerca de la figura del padre en la familia. La última vez hablé del peligro de los padres "ausentes", hoy quiero mirar más bien el aspecto positivo. También San José estuvo tentado de dejar a María, cuando descubrió que estaba embarazada; pero intervino el ángel del Señor que le reveló el designio de Dios y su misión de padre putativo. Y José, hombre justo, "llevó a María a su casa" (Mt 1,24) y se transformó en el padre de la familia de Nazaret.
Toda familia tiene necesidad del padre. Hoy nos detenemos en el valor de su rol y quisiera comenzar por algunas expresiones que se encuentran en el Libro de los Proverbios, palabras que un padre dirige al propio hijo, y dice así: "Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón. Mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud (Pr 23,15-16). No se podría expresar mejor el orgullo y la conmoción de un padre que reconoce de haber transmitido al hijo lo que de verdad cuenta en la vida, es decir, un corazón sabio. Este padre no dice: "estoy orgulloso de ti porque eres igual a mí, porque repites las cosas que digo y que hago yo". No, no le dice esto. Le dice algo mucho más importante, que podríamos interpretar así: "seré feliz cada vez que te sentiré actuar con rectitud.
Esto es lo que he querido dejarte, para que se transforme en una cosa tuya: la actitud de escuchar y actuar, de hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que tu pudieras ser así te he enseñado cosas que no sabías, te he corregido errores que no veías. Te he hecho sentir un afecto profundo y a la vez discreto, que quizás no has reconocido plenamente cuando eras joven e incierto. Te he dado un testimonio de rigor y de firmeza que a lo mejor no entendías, cuando hubieras querido solamente complicidad y protección. Yo mismo he debido, en primer lugar, ponerme a la prueba de la sabiduría del corazón y vigilar sobre los excesos del sentimiento y del resentimiento, para llevar el peso de las inevitables incomprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora - continúa el padre - cuando veo que tratas de ser así con tus hijos y con todos, me conmuevo. Soy feliz de ser tu padre". Es esto lo que dice un padre sabio, un padre maduro.
Un padre sabe bien cuánto cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta dulzura y cuánta firmeza. ¡Pero cuánta consolación y cuánta recompensa se recibe cuando los hijos rinden honores a esta herencia! Es una alegría que redime toda fatiga, que supera toda incomprensión y cura toda herida.
La primera necesidad, entonces, es precisamente ésta: que el padre esté presente en la familia. Que esté cerca de la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Y que esté cerca de los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando se empeñan, cuando están despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando están taciturnos, cuando osan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando encuentran el camino. Padre presente, siempre. Decir presente no quiere decir "controlador" ¡eh! Porque los padres demasiados "controladores" anulan a los hijos, no los dejan crecer.
El Evangelio habla de la ejemplaridad del Padre que está en los cielos - el único, dice Jesús, que puede ser llamado realmente "Padre bueno" (cfr Mc 10,18). Todos conocen aquella extraordinaria parábola llamada del "hijo pródigo" o mejor dicho del "padre misericordioso", que se encuentra en el Evangelio de Luca en el capítulo 15 (cfr 15, 11-32). ¡Cuánta dignidad y cuánta ternura en la espera de aquel padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo regrese! Los padres tienen que ser pacientes. Muchas veces no queda más que esperar, rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad, misericordia.
Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar, desde el profundo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin limitarse. Una vez escuché decir a un padre en una reunión de matrimonio: "Yo algunas veces debo pegarles un poco a los chicos, pero jamás en la cara, para no humillarlos". ¡Qué bello! Tiene sentido de dignidad. Debe castigarlos, lo hace justamente y sigue adelante.
Entonces si hay alguien que puede explicar a fondo la oración del Padre Nuestro enseñada por Jesús, este es quien vive en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden coraje y abandonan el campo. Pero los hijos tienen necesidad de encontrar un padre que los espera cuando vuelven de sus fracasos. Harán de todo para no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cicatrizar.
La Iglesia, nuestra madre, está comprometida en apoyar con todas sus fuerzas la presencia buena y generosa de los padres en las familias, porque ellos son para las nuevas generaciones custodios y mediadores insustituibles de la fe en la bondad, de la fe en la justicia y de la protección de Dios, como San José.