La audiencia del papa León XIV con una representación del "séptimo arte" Los papas y el cine, la belleza que salva

El Papa Francisco en la proyección de la película "Freedom on Fire" (foto de archivo)
El Papa Francisco en la proyección de la película "Freedom on Fire" (foto de archivo) Vatican News

Con ocasión del encuentro de León XIV con una representación de artistas del mundo cinematográfico, proponemos algunas reflexiones de los Papas sobre el "séptimo arte"

Para los Pontífices, puede generar armonía, despertar asombro, revivir páginas de la historia, promover un humanismo ligado a los valores del Evangelio. Y es también un instrumento, no exento de peligros morales, capaz de transmitir pasiones e ideas, de seguir los dictados de la conciencia y de dejar espacio a la imaginación

(Vatican News).- Nacido en 1895 para documentar el mundo y las actividades del hombre, el cine ha creado un nuevo modo de comunicar. Las imágenes en movimiento se han convertido en uno de los rasgos distintivos de la sociedad contemporánea, incluso en esta era digital.

La audiencia del papa León XIV con una representación del "séptimo arte" el día 15 de noviembre, en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, se enmarca en el cauce de esta historia y en la secuencia de encuentros de los pontífices con el mundo del cine. Recorriendo algunas de estas reflexiones, se puede construir una suerte de paradigma sobre lo que, según los Papas, este potente lenguaje, nacido a finales del siglo XIX, puede generar en las mentes y, sobre todo, en los corazones de los hombres.

Creemos. Crecemos. Contigo

Generar belleza

El cine, subraya el papa Francisco el 20 de febrero de 2023 en la audiencia a los miembros de la Fundación Instituto del Espectáculo, es una forma de arte capaz de generar belleza, de "despertar el asombro".

"Me gusta el trabajo que hacéis, el trabajo del cine, el trabajo del arte, el trabajo de la belleza como gran expresión de Dios, que siempre se ha dejado de lado, o al menos en un rincón. Los libros de teología hablan mucho del verum, de la verdad; hablan del bonum; de la belleza, no tanto: la belleza es como la “ancila”. Parecía que reflexionar sobre la belleza no tenía nada que ver con la reflexión teológico-pastoral. Esa belleza que nos salvará, como decía alguien; esa belleza que es armonía, obra del Espíritu Santo"

Revivir páginas de la historia

El cine puede generar belleza y también puede revivir páginas de la historia, de la vida. Benedicto XVI en 2005, con ocasión de la proyección de la película "Juan Pablo II", recuerda en particular la reconstrucción histórico-biográfica, a través del lenguaje de la película, de algunos momentos del Pontificado del Papa Wojtyła.

"El guión de la película parte del atentado en la plaza de San Pedro y, después de una amplia retrospectiva sobre los años en Polonia, prosigue con el largo pontificado. Esto me ha hecho pensar en lo que Juan Pablo II escribió en su testamento a propósito del atentado del 13 de mayo de 1981:  "La divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. Aquel que es el único Señor de la vida y de la muerte me prolongó esta vida; en cierto sentido, me la dio de nuevo. A partir de ese momento le pertenece aún más a él" (Testamento del Santo Padre Juan Pablo II, 17 de marzo de 2000, 2: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 15 de abril de 2005, p. 6). La visión de esta película ha renovado en mí, y pienso en cuantos han tenido el don de conocerlo, el sentido de profunda gratitud a Dios por haber dado a la Iglesia y al mundo un Papa de tan elevada talla humana y espiritual"

Promover el humanismo ligado al Evangelio

El Papa Juan Pablo II, al encontrarse con los participantes en un congreso sobre el cine el 2 de diciembre de 1999, subraya que esta forma de arte puede promover un humanismo ligado a los valores del Evangelio valiéndose de una rica variedad de lenguajes.

"El cine goza de una riqueza de lenguajes, de una multiplicidad de estilos y de una variedad de formas narrativas verdaderamente grande:  realismo, fábula, historia, ciencia ficción, aventura, tragedia, comedia, crónica, dibujos animados, documentales... Por eso, ofrece un tesoro incomparable de medios expresivos para representar los diversos campos en que se sitúa el ser humano, y para interpretar su imprescindible vocación a lo bello, lo universal y lo absoluto. Así, el cine puede contribuir a acercar a personas distantes, reconciliar a enemigos, y favorecer un diálogo más respetuoso y fecundo entre culturas diversas, señalando el camino de una solidaridad creíble y duradera, presupuesto indispensable para un mundo de paz. ¡Sabemos cuánta necesidad de paz tiene el hombre para ser verdadero artista y realizar un verdadero cine!"

Juan Pablo II y Roberto Benigni.

Transmitir pasiones e ideas

La audiencia general del 15 de diciembre de 1965 es "inusual, extraordinaria". Así la define el papa Pablo VI, añadiendo que "merecería grandes comentarios, invitaría a grandes pensamientos" porque a este encuentro, en la Basílica Vaticana, participan artistas de teatro y cine, y profesionales del espectáculo. A ellos, el Pontífice les recuerda la responsabilidad de una "incomparable misión artística".

"Ustedes son el cauce encantador de sentimientos, de pasiones, de experiencias, de fantasías y de ideas, que vierten en quienes los observan; cosa estupenda, cosa tremenda; ciertamente lo piensan; y esto es lo que añade un mérito, una grandeza muy particular a su arte, si de verdad saben hacerla corresponsable de la vida de su público: no veneno, sino bálsamo; no vértigo, sino visión. Una palabra nos viene espontánea a los labios: ¡coraje! Den a su arte las alas del genio, de la belleza, de la energía espiritual; ¡coraje!, pues el pueblo al que se dirigen necesita de su carisma artístico, y no solo para su solaz recreativo, sino para su conciencia de heredero y candidato de una incomparable misión artística en la historia de la civilización humana y cristiana"

Un encuentro entre Pablo VI y el director de cine Franco Zeffirelli.

Seguir los dictados de la conciencia

Hay una fecha, en particular, que vincula el mundo del cine con el Vaticano. Es el 16 de noviembre de 1959 y el papa Juan XXIII instituye la Filmoteca Vaticana. La finalidad es la de recopilar y catalogar material filmado desde 1896 hasta hoy, capaz de ilustrar la historia de la Iglesia. Esta forma de arte, para el Pontífice, puede ofrecer grandes oportunidades. En la carta apostólica en forma de Motu proprio "Boni Pastoris" el papa Roncalli observa que tanto el cine como la radio y la televisión ofrecen grandes posibilidades "para la difusión de una cultura más elevada, de un arte digno de su nombre y, sobre todo, de la verdad". Pero del mundo del cine también pueden derivarse algunos peligros.

"Sin embargo debemos deplorar con pena de Nuestro corazón los peligros y daños morales que no pocas veces provocan ciertos espectáculos cinematográficos y transmisiones radiofónicas y televisivas que atentan a la moral cristiana y a la misma dignidad de la persona humana. Por tanto exhortamos paternalmente una y otra vez a los responsables de tales producciones y transmisiones a que sigan siempre los dictados de una recta y delicada conciencia, como conviene a quien se halla investido del gravísimo deber de educar"

En el archivo de la Filmoteca Vaticana se han catalogado cerca de 8.000 títulos, en soporte de acetato, magnético y digital, procedentes de donaciones.

Atraer al público en la oscuridad de las salas

El 21 de junio de 1955 la Basílica Vaticana estaba abarrotada para la audiencia del papa Pío XII a los representantes de la Industria Cinematográfica Italiana. En la nave central también estaban presentes grupos de técnicos, obreros y mano de obra especializada. "Una audiencia memorable", titula L'Osservatore Romano en la edición con la crónica de aquel evento. En aquella ocasión, el Pontífice traduce en primer lugar el poder del cine en números y luego se pregunta cuál es su íntimo secreto.

"El extraordinario poder del cine en la sociedad contemporánea queda demostrado por la creciente sed que esta tiene de él, y que, expresada en cifras, constituye un fenómeno completamente nuevo y asombroso. En la copiosa documentación amablemente comunicadaNos, se refiere, entre otras cosas, que, durante el año 1954, el número de espectadores para todos los Países del mundo tomados en conjunto fue de 12 mil millones, entre los cuales dos mil quinientos millones corresponden a los Estados Unidos de América, mil trescientos millones a Inglaterra, mientras que la cifra de 800 millones sitúa a Italia en el tercer lugar. ¿De dónde extrae su fascinación este nuevo arte, que, después de unos sesenta años desde su primera aparición, ha alcanzado el poder casi mágico de atraer a la oscuridad de sus salas, y ciertamente no de forma gratuita, a multitudes que se cuentan por miles de millones? ¿Cuál es el secreto del encanto que convierte a estas mismas multitudes en sus asiduos clientes?"

Pío XII saluda al actor y director Vittorio De Sica.

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