Alaba, alma mía, al Señor

¡Feliz miércoles! Alabar a Dios desde el corazón de nuestra alma es el único consuelo que podemos tener frente a tanta adversidad que nos rodea. La música es frecuentemente partícipe de esa alabanza. En realidad, prácticamente toda la música es una alabanza al Altísimo.

La música de hoy es de John Blow (1649-1708), compositor inglés nacido en Collingham. Cantó en la Capilla Real y también es posible que lo hiciese para Newark. Decidió formarse y lo hizo nada menos que con Henry Cooke y Christopher Gibbons. En 1670 ya era todo un maestro y entre sus discípulos estaba el joven Henry Purcell. Algunos años más tarde se encargó de los niños del coro de la institución real en la que había cantado él mismo y poco a poco empezó a componer sus grandes obras, entre las que estaban las correspondientes a la coronación del rey Jaime II y una ópera. Poco a poco también empezó a componer canciones y cuantiosas odas que servían para diversos propósitos, como el día de santa Cecilia.
Vamos a escuchar su himno (anthem) Praise the Lord, O my soul. Parece ser que fue escrito para la paz de Ryswick, concretamente para un servicio celebrado en San Pablo. La música tiene todo ese carácter inglés, con una sonoridad perfectamente reconocible y totalmente adecuada para dar alabanza a Dios. El texto es del salmo 103 y Blow compone con ese aire que posteriormente traspasaría a su alumno Purcell y que nosotros ya identificamos con él.
La interpretación es de La Capella Reial de Catalunya dirigida por Jordi Savall.