¡Feliz domingo! Hoy empezamos el mes de noviembre, acordánonos de todos esos santos que nos precedieron y que también están entre nosotros. Pero, puesto que invariablemente aquí escuchamos música de Bach cada domingo, esa música seguro que nos ayudará a traer a nuestra memoria a esas personas. Son piezas de algo menos entidad por lo que lo mismo nos sirve de fondo para acompañar ese recordatorio.

Sigamos por el recorrido vital de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. No sería correcto decir que, en Weimar, las funciones eran estrictamente litúrgicas. Es verdad que acompañaba el canto de los himnos en los servicios pero parece ser que en Weimar escribió sus obras más famosas para el órgano. A los monarcas de la ciudad les encantaba quedarse al final de la celebración litúrgica para escuchar al mastro tocar el órgano. Igualmente, cuando las circunstancias lo requerían, tocaba al clave grandes piezas que no se adecuaban al contexto litúrgico (grandes preludios y fugas y otras como el Concierto Italiano y demás). Su intención era probar con casi todos los géneros posibles, algo que pudo alcanzar en Weimar y en Weimar decidio poner por escrito sus obras para órgano, posiblemente porque consideraba que tenían suficiente entidad.

Veamos las distintas piezas:

Preludio en do menor, BWV 921: aunque está marcado como preludio, no tiene nada que ver con otros grandes preludios que llegó a componer salvo, quizá, el uso de arpegios y figuras a base de acordes. Está dividido en cinco secciones con los correspondientes cambios de compás.

Preludio en la menor, BWV 922: es una obra cercana en el tiempo a la anterior y destaca por cómo Bach progresiona a regiones armónicamente remotas en el centro de la obra.

Preludio en si menor, BWV 923: es una obra que tiene todas los indicios de que no es una composicion pedagógica y que presenta varias cuestiones: ¿está terminada? ¿es realmente de Bach? El comienzo tiene forma de fantasía y algunos expertos piensan que podría emparejarse con la BWV 951.

Las partituras pueden descargarse aquí: BWV 921 - BWV 922 - BWV 923.

Las interpretaciones son:

Para la BWV 921, Andreas Staier al clave.

Para la BWV 922, Lars Ulrik Mortensen al clave.

Para la BWV 923, Cristiano Holtz al clave.