Bach, preludio coral BWV 686



¡Feliz domingo! Si el domingo pasado te traía una música que podemos calificar de miniatura, hoy te ofrezco una de las de sonoridad plena y típica de Bach, aunque no es ninguno de esos grandes preludios y fugas tan conocidos suyos. Si hay algo que hizo el maestro durante toda su vida fue asombrar a todo el que escuchase su música. Esto le gustaba especialmente hacerlo con sus composiciones para órgano. En el caso de la obra de hoy, seguro que maravilló a muchos, y lo hace con nosotros.



Un día más vamos a pasar un buen rato en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Alguna vez te he contado que, en tiempos de Bach, en Leipzig, beber café era uno de los placeres de sus habitantes. De hecho, hasta él compuso una cantata llamada «Cantata del café». A partir de 1729 comenzó a dirigir interpretaciones en un pequeño local de la Katherinenstrasse de la localidad. Se trataba del famoso Café Zimmermann, aunque en Leipzig había otro, llamado «Zum Arabischen Coffe Baum», es decir, el café árabe, que se inauguró poco antes de que Bach llegase a Leipzig. Afortunadamente, tradición de tradiciones, el lugar aún se conserva en la ciudad, y además como cafetería. Tras la muerte del genio del barroco siguió sirviendo la bebida y sabemos que Robert Schumann era uno de sus visitantes más asiduos. Se supone (aunque no se tiene certeza absoluta) que Bach sería leal al Zimmermann pero seguro que se daba alguna escapadita (los viernes no, porque era cuando él interpretaba allí) al árabe para disfrutar de su, seguro que maravilloso, café.

Hoy te traigo su preludio coral «Aus tiefer Not schrei ich zu dir», BWV 686. Se trata de una obra de sonoridad poderosa, escrita en forma de motete en el llamado «stile antico». Es una obra a seis partes, es decir, las cuatro en los teclados y luego a dos voces en el pedal. Es una obra impresionante que requiere de una gran técnica para poder ser interpretada. Esas seis voces se arreglan en forma de contrapunto imitativo, con el cantus firmus situado sobre le bajo en valores largos. Es como si escucháramos un motete del siglo anterior pero interpretado al órgano, aunque compuesto (norma de la casa) de forma muy compleja y con una polifonía de lo más intrincado.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Daniel Bruun al órgano.

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