Bendita es la Reina de los cielos



¡Feliz sábado! ¡Vaya música te traigo hoy! La ocasión lo merece ya que hoy celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Y, por ello, he querido buscar la obra de un gran maestro que nos ofrecerá una música no menos grande. A veces peco de demasiado entusiasta pensando que el nombre que te voy a traer es conocido por casi todo el mundo. Lo mismo (espero no ser demasiado iluso), después de nombrarlo a veces por aquí, consigo que hasta te suene.



Hoy nos visita Adrian Willaert (c. 1490-1562), compositor neerlandés nacido en Rumbeke. Sin duda alguna, era el maestro más influyente tras Josquin. Tiene el mérito de haber fundado la llamada escuela veneciana de San Marcos que alcanzaría grandes cotas con Gabrieli. Sus comienzos son algo oscuros pero sabemos que tuvo por discípulo a Zarlino y pudo haberse formado con Mouton. En 1514 el cardenal Hipólito d'Este se lo llevó a Roma y con esta familia comenzó una fructífera etapa en Italia. El dogo de Venecia se apresuró por tenerlo en su capilla, donde empezó a servir en 1527 hasta su muerte. En La Serenísima halló una poderosa tradición coral y toda una tradición de canto en la basílica. Cipriano de Rore, Constanzo Porta y Andrea Gabrieli acudieron a la ciudad a estudiar con Willaert. Su salario era poco a poco cada vez más alto. Sin embargo, contrariamente a lo siempre pensado (quizá motivado por su discípulo Zarlino que lo llamaba «el divino Adriano») Willaert no inventó la técnica de los «cori spezzati», los que se sitúan enfrentados y cantan antifonalmente. Sí la llevó a su grado casi ta nn alto que solo lo igualarían Gabrieli y Monteverdi.

De este maestro vamos a disfrutar su motete Benedicta es caelorum regina, obra nada menos que para siete voces publicada en Venecia en 1545. La composición comienza con las voces en imitación con el cantus firmus en el tenor, que es el mismo de una obra homónima de Josquin y de su maestro Mouton. El maestro usa su técnica de parear las voces de forma que los momentos de tutti no son muchos y casi nunca alcanzando un clímax. A pesar de la cantidad de voces Willaert consigue una textura ligera con una inventiva y un uso de la polifonía que solo podemos calificar de asombrosa.

La partitura de la composición puedes descargarla aquí.

La interpretación es del conjunto Capilla Flamenca dirigido por Dirk Snellings.

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