Si ayer viajábamos al barroco para escuchar, un domingo más, una bella cantata de Bach, hoy vamos a quedarnos en dicha época para recorrer los pentagramas de otro de los grandes nombres de la época, que fue un prolífico compositor de conciertos. De hecho, como ves por el título, vamos a escuchar uno muy delicado de este gran maestro.

Habrás adivinado que te estoy hablando de Antonio Vivaldi (1678-1741), compositor italiano nacido en Venecia. Fue ordenado sacerdote y, debido a su cabellera pelirroja fue llamado "Il Prete Rosso". Pero fue un sacerdote muy especial. Era asmático y debido a esta dolencia tuvo que dejar de vez en cuando la celebración de la misa. Esto se llegó a repetir tanto que el cardenal del que dependía le dispensó de esa tarea. Tras ello consiguió ser director musical de un orfanato de niñas. También se sabe que tuvo varios amantes, una de las cuales fue la cantante Anna Guiraud. Cuando Vivaldi murió su música cayó en el más absoluto olvido. Cuando los estudiosos fuero adentrándose en la música de Bach descubrieron un nombre que el maestro alemán citaba una y otra vez, y ese nombre era el de Antonio Vivaldi, que fue recobrando poco a poco su esplendor.

De Antonio Vivaldi te propongo ahora disfrutar de su Concierto para laúd en Re Mayor, RV 93. Fue compuesto en la época de 1730 junto a otras obras para este instrumento solista y su manuscrito se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Turín. Está escrito en los habituales tres movimientos usando el registro agudo del instrumento solista. En el primer movimiento, destaca su recurrente ritornelo que el solista adorna con sus melodías. En el segundo, también marca de la casa de Vivaldi, el solista toca sobre el pizzicato del continuo y el tercero tiene un bello ritmo de tarantela que pone un radiante final a esta gloriosa obra.

La interpretación es de Luca Pianca (laúd) y el conjunto Il Giardino Armonico.