El Monte Athos, en Grecia, es como una isla monástica dentro de ese país. Es un lugar ancestral, casi misterioso. Hoy, desde uno de sus monasterios, sus monjes nos traen un canto de esos que nos tendrán cautivados durante los más de siete minutos que dura. De nuevo, los colores dorados de la liturgia bizantina nos acompañan en nuestro caminar.
El Monte Athos es una región con autogobierno dentro de Grecia (está en la región de Macedonia), y está formada por veinte monasterios que están supeditados directamente al patriarca de Constantinopla (por eso se llaman "monasterios stavropegicos"). Oficialmente se llama "Estado monástico autónomo del Monte Santo". El lugar es patrimonio de la humanidad y tiene prohibida su entrada las mujeres, e incluso los animales hembra. Es una península a orillas del mar Egeo. Según la propia tradición del monte la misma Virgen, acompañada de san Juan, recaló en ese lugar y quedó prendada de su belleza. Parece ser que allí hay monasterios desde el siglo IV. La comunidad está gobernada por representantes de los 20 monasterios.
Los monasterios se ordenan según una jerarquía (la llamada "jerarquía athonita"). Hoy te traigo cantos del segundo de la jerarquía. Se trata de El Santo y Gran Monasterio de Vatopedi. Según una tradición, el nombre proviene de "arbusto plantado en el suelo" y otra de "niño hallado en la zarza". Desde 1999 el monasterio cuenta con 80 monjes ortodoxos de rito bizantino griego. Fue fundado en el año 972 por tres monjes: Atanasio, Nicolás y Antonio. Las partes principales del recinto fueron construidos o bien durante el periodo bizantino o después, durante los siglos XVIII y XIX. El monasterio es espectacular por su tamaño y tiene un muro muy alto sobre el que se sitúan los edificios en forma de triángulo. El recinto cuenta con siete iconos que, según afirman, son milagrosos. De ellos, el más conocido es el de la Panagia Pantanassa, es decir, la "Santísima Madre de Todos".
Hoy te traigo la Tercera Parte de los Enkomia (que se conoce como la "Tercera stasis") de los maitines del Sábado Santo, en el que se conmemora la muerte y el entierro de Cristo. Los "enkomia" son alabanzas que se intercalan al canto del Salmo 118 de la liturgia de este día. Se puede apreciar que la música no tiene un carácter muy fúnebre (como correspondería al Sábado Santo). Eso se debe a que la liturgia ortodoxa enfoca ese día no hacia la tristeza por la muerte de Cristo del Viernes Santo sino por la expectación por su Resurrección el domingo.
Si quieres leer (en griego) el texto de lo que se canta, haz clic aquí.
Aquí tienes esta impresionante obra, interpretada por el Coro de Monjes del Monasterio de Vatopedi.