¡Feliz lunes! Empezamos esta segunda semana de Cuaresma con una composición para nada conocido de uno de los grandes maestros de la polifonía europea. En la cúspide había tres: nuestro Victoria, el italiano Palestrina y el otro, que es nuestro maestro de hoy.

Es Orlande de Lassus (1532-1594), compositor belga nacido en Mons. A propósito de los tres, teniendo en cuenta que Victoria nació hacia 1548 y Palestrina hacia 1525, ambos eran contemporáneos. Se conservan muchos escritos suyos, sobre todo cartas, que le muestran como un compositor inteligente y urbanita (sobre todo enamorado de Múnich). Si bien Victoria y Palestrina son más interpretados hoy día, es cierto que, en la segunda mitad del XVI, Lassus era el maestro más conocido en Europa. La polifonía de los dos primeros cayó pronto en cierto aire anticuado pero, sin embargo, la de Lassus no hizo sino crecer como la espuma incluso después de su muerte. Las publicaciones y ediciones póstumas se multiplicaron e incluso llegaron hasta bien entrado el siglo XVII.

Una de sus grandes obras es la de los siete Salmos Penitenciales. Aunque son de una naturaleza melancólica cuentan con una polifonía increíble. Cada salmo está en un modo (o tonalidad) distinto, según cada uno de los ocho conocidos en la época. Vamos a escuchar el primero de todos ellos, titulado Domine, ne in furoretuo, con texto del salmo 6. Era prescrito para las completas del lunes y para los maitines de difuntos. Se inicia de una forma sombría que poco a poco va desarrollando la textura, en constante cambio, así como el propio número de voces, adaptándose al texto siempre, iluminando tal palabra (por ejemplo, los bajos descendiendo en Quoniam non est in morte) o en la doxología final, en compás ternario en et conturbentur vehementer, o las corcheas de valde velociter.

La interpretación es del Collegium Vocale de Gante dirigido por Philippe Herreweghe.