Una oración de san Bernardo puesta en música



Bueno en realidad parece que la popularizó otro Bernardo (no el santo), pero dado que tradicionalmente se le ha asignado, por eso el título del post. Si ahora goza de cierta popularidad en otros tiempos también con lo que fue punto de mira de los compositores. Hoy viene un maestro barroco francés a ponerle música, ¡y de qué forma! ¡Con qué intensidad se las gasta nuestro músico! ¿Te apetece escucharla?

El nombre de dicho maestro es Henri Du Mont (c1610-1684), compositor, organista y clavecinista francés, nacido en Looz. Su apellido original era de Thier, que en valón significa "del monte", de ahí que su apellido se latinizase a "du Mont". Fue organista en la iglesia de San Pablo de París y posteriormente consiguió el puesto de clavecinista del duque de Anjou. Su ascenso no se quedó ahí ya que llegó a ser nada más y nada menos que maestro de la Capilla Real de Versalles en 1663. A partir de 1673 se encargó personalmente de enseñarle música a la propia reina.

Prácticamente podemos decir que su obra es íntegramente religiosa. Se prodigó mucho componiendo los llamados "pequeños motetes" siendo dignos sucesores de él Jean-Baptiste Lully o François Couperin.

Hoy te traigo un motete a la Virgen titulado Memorare, o piissima. No es más que la famosa oración de san Bernardo, Acordaos, oh piadosísima Virgen María. La obra tiene ese carácter a la vez sencillo y profundo que los compositores barrocos franceses sabían hacer. Aunque compuso otros con el mismo texto pero a una escala menor, este está clasificado entre los Grand Motets; no en vano estaban destinados a la capilla real. Fue compuesto en 1686. En él, el diálogo entre voces solistas y coro crea una atmósfera de recogimiento y devoción.

Como curiosidad te diré que el texto se atribuye a San Bernardo de Claraval (siglo XI), aunque su popularización se debe otro Bernardo (este del siglo XVII). Tiene indulgencia parcial quien la recite.

Dicho texto de la obra, como el tradicional plural mayestático, es:

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Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Vos también acudo,
¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.
Amén.
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Aquí tienes esta auténtica maravilla para los oídos interpretada por Donna Brown, Guillemette Laurens, Howard Crook, Hervé Lamy, Henri Ledroit, Peter Kooy y Ulrich Studer, junto con la Chapelle Royale de París, dirigidos por Philippe Herreweghe.

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