Es religiosa de la Congregación Dominica de la Inmaculada Concepción La monja peruana que colaboró con el hoy papa León XIV: "Conociéndolo, su Iglesia será un hospital de campaña"

La hermana Elfi con el entonces cardenal Prevost
La hermana Elfi con el entonces cardenal Prevost Cedida

“Podría decir que es un líder compasivo, comprometido con la justicia social. Este Papa ha tenido la experiencia misionera de vivir como un pobre entre los pobres"

“Tiene una fe profunda, una devoción enorme a Santa María y a San Agustín. Y un don de gente que conecta con todos y transmite confianza"

 “A Monseñor Robert Prevost lo conocí allá por el año 2015, cuando él era obispo de la Diócesis de Chiclayo, en Perú. Yo en ese entonces ocupaba un cargo como Superiora Mayor, Priora Provincial de la Provincia Santa Rosa. En Chiclayo tenemos cuatro colegios y cuatro comunidades, y cada vez que viajaba a visitar a las hermanas, no faltaba la oportunidad de saludar a monseñor Robert”.

Especial Papa León XIV

“Monseñor Robert” es ahora el papa León XIV y quien le recuerda -en conversación con Diario UNO- es Elfi Pozo Aguilar, religiosa de la Congregación Dominica de la Inmaculada Concepción, hermana superiora y representante legal del Colegio Santa Rosa de Lima, en Rodeo de la Cruz, Guaymallén, quien jamás olvidará la tarde del pasado 8 de mayo. 

“Cuando anunciaron que el nuevo papa era monseñor Robert Prevost me sentí inmensamente feliz, mi corazón rebosaba de alegría con la noticia ‘¡Habemus Papam!’... Fue una alegría incontenible. Nos hizo saltar de emoción y abrazarnos entre todas las hermanas”, rememora la religiosa peruana.

Roberto Prevost con la hermana Elfi Pozo en Chiclayo
Roberto Prevost con la hermana Elfi Pozo en Chiclayo Cedida

“Podría decir que es un líder compasivo, comprometido con la justicia social. Este Papa ha tenido la experiencia misionera de vivir como un pobre entre los pobres. Él empieza su mandato con esta vasta y rica experiencia, poniendo al ser humano en el centro de su labor pastoral”, indica en el citado diario.

 “Tiene una fe profunda, una devoción enorme a Santa María y a San Agustín. Y un don de gente que conecta con todos y transmite confianza, desde los más humildes hasta líderes mundiales”, señala la monja, quien, rotunda, señala: “Conociéndolo, sé que su Iglesia será un hospital de campaña, que abraza, que cura, que se la juega por los más olvidados”.

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