"No declaré libre. Me sentí maltratado. El juez se burló de mí", apunta el electricista Castiñeiras "no recuerda" haber confesado ser el autor del robo del Códice Calixtino

El electricista Manuel Fernández Castiñeiras, acusado de robar el Códice Calixtino, ha roto su silencio en la segunda sesión del juicio oral y ha comentado que no recuerda haber confesado ante el instructor José Antonio Vázquez Taín que él fuese el autor de la sustracción de esta joya literaria.

El manuscrito del medievo desapareció en julio de 2011 y se halló un año después en un garaje propiedad de este operario que trabajó como autónomo para la Catedral de Santiago y que en ese momento se identificó como el responsable del saqueo ante el juez, algo que hoy no ha corroborado porque no tiene en su mente nada de lo que ocurrió entonces.

"No declaré libre. Me sentí maltratado. El juez se burló de mí", ha dicho a preguntas de su abogada, Carmen Ventoso Blanco, y esto ha llevado a que se le muestre la grabación del día en el que él mismo se delató.

El presidente del tribunal que juzga el robo, Ángel Pantín, aceptó una petición de la defensa y declaró nulas las pruebas obtenidas mediante los micrófonos instalados en la casa de Fernández Castiñeiras.

Todas las demás solicitudes planteadas por Carmen Ventoso fueron desestimadas, entre ellas la de declarar nulo todo el proceso.

Acerca del interrogatorio de Vázquez Taín al hombre que hoy se sienta en el banquillo, con una entonación que su abogada tildó de "cuasi despectiva", Pantín ha entendido justificada la queja por el tono empleado, pero no ha considerado que esto constituya un motivo de nulidad.

Diez minutos después de las nueve de esta mañana, el electricista llegó a los juzgados compostelanos de Fontiñas acompañado por su mujer, Remedios Nieto, y precedidos por la abogada que se encarga de la defensa de esta familia, Carmen Ventoso.

El hijo de este matrimonio, Jesús Fernández Nieto, entró en el edificio judicial diez minutos más tarde, puesto que dedicó ese intervalo a aparcar el vehículo en el que se trasladaron.

El ladrón confeso del Códice, que estuvo interno en el penal de Teixeiro (A Coruña) desde julio de 2012 hasta enero de 2013, está acusado de dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; de un delito contra la intimidad y de otro de blanqueo de capitales.

El Ministerio Fiscal reclama para él 15 años, pero la Iglesia, que está personada como acusación particular, eleva a 31 la petición.

Para su mujer, Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, el Ministerio Fiscal limita su petición de pena a un año y medio de prisión para cada uno de ellos por blanqueo de capitales y prevé una alternativa de seis meses por sendos delitos de receptación.

Por su parte, la costurera Remedios Nieto, esposa del electricista acusado de sustraer el Códice Calixtino, ha declarado hoy que jamás vio las mayúsculas cantidades de dinero incautadas en sus propiedades, pero ha apuntado que tiene la "sensación" de que Manuel Fernández Castiñeiras "ahorraba mucho".

Esta mujer, a diferencia de su marido, que únicamente contestó a las preguntas de la abogada que se encarga de la defensa, Carmen Ventoso, ha respondido en la segunda sesión del juicio oral por este robo a las cuestiones formuladas por el Ministerio Fiscal y el abogado de la Iglesia, personada como acusación particular.

En estos dos casos, se han centrado en los 1,7 millones de euros localizados en pisos de este matrimonio.


Remedios Nieto, tras insistir en que nunca vio tales sumas monetarias, ha expuesto la posibilidad de que su cónyuge hubiese podido reunir este dinero por su trabajo, y, así, ha enfatizado: "Tengo la sensación de que él ahorraba mucho, demasiado".

"Trabajó mucho" y continuamente llamaban canónigos para encomendarle encargos, ha reseñado, y en ello ha visto la explicación a tal hallazgo, además de que "en casa no había gastos, solo la comida".

Lo único que Remedios veía en el domicilio conyugal, según su versión, es que encima del escritorio, cuando Manuel hacía sus facturas, había "monedas y billetes de diez euros, o así", pero nada más, porque ella, y el hijo de ambos, Jesús, tenían una instrucción: no tocar nunca sus cosas.

Y tampoco se le podían "cambiar los papeles de sitio", ha dicho, y, al igual que su pareja, a preguntas de la abogada defensora ha confesado Remedios Nieto no recordar nada de lo declarado ante el juez instructor José Antonio Vázquez Taín.

Finalmente, Jesús Fernández Nieto, hijo de Manuel Fernández Castiñeiras, electricista acusado del robo del Códice Calixtino, ha señalado hoy de su padre que es una persona agarrada y también que dictaba órdenes a su familia para que nadie tuviese acceso a sus cosas.

En la segunda sesión de la vista oral por el robo de esta joya literaria, este joven ha indicado que en el domicilio de sus padres, en Milladoiro (A Coruña), había "un sitio con cajas y archivadores" que, por estricto mandato de su progenitor, "no podía tocar nadie".

Ha expuesto que Manuel Fernández Castiñeiras tiene un carácter "autoritario" y que por este motivo él se fue a vivir a otro piso propiedad de su padre, en el que se localizaron 30.000 dólares en metálico y tres facsímiles del valioso manuscrito de la Edad Media.

Jesús Fernández Nieto ha dicho desconocer el origen de estos hallazgos: "No era mío y no sé cómo pudo llegar hasta ahí", ha argumentado.

Ha contestado, al igual que su madre Remedios Nieto, a las preguntas del Ministerio Fiscal y del abogado que representa a la Iglesia, personada en la causa como acusación particular, y ha negado Jesús Fernández que el dinero o estos libros fuesen suyos.

Así, ha indicado que estaban en una estancia a la que él no accedía, un habitáculo donde había un televisor y un vídeo viejo.

"No tenía necesidad de andar por allí. Me sobraba espacio", ha subrayado.

De su padre ha contado que jamás le proporcionó ayuda económica y que tuvo que "armarse de valor" en una ocasión para decirle a Manuel que le ayudase en una parte con la compra de un coche, algo a lo que finalmente accedió.

Por todo ello, al enterarse Jesús de la existencia de sumas mayúsculas de dinero se sintió "traicionado".

No obstante, no se mostró "sorprendido" porque sus padres ahorraron "años y años" así que "no lo vio raro en absoluto".

(RD/Agencias)

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