Comienza la última semana del juicio sobre el robo del Códice Calixtino La abogada de Castiñeiras denuncia que "este proceso es un manual de todo lo que no se debe hacer"

Carmen Ventoso, la abogada del principal acusado del robo del Códice Calixtino, José Manuel Fernández Castiñeiras, sostiene que la detención de su defendido, así como el registro de su vivienda, son "nulos" porque estuvieron "únicamente provocados" por las grabaciones recogidas a través de micrófonos instalados en la vivienda de O Milladoiro, una diligencia que fue declarada "nula" por el tribunal en la primera sesión.

Así lo ha manifestado Ventoso, en declaraciones a los medios, a su llegada a los juzgados de Santiago para asistir a la octava jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial por el robo del Códice Calixtino y en el que está acusados tanto Fernández Castiñeiras como su mujer y su hijo.

La letrada ha sostenido que toda la operación que llevó a la detención del exelectricista y de su familia, así como el registro de su vivienda --donde se encontraron grandes cantidades de dinero en metálico-- estuvo motivada por las conversaciones grabadas en la vivienda de O Milladoiro.

Este sonido, que fue recogido por micrófonos instalados en el piso un mes antes de la detención, fue declarada "diligencia nula" en la primera sesión del juicio, ya que el tribunal no vio acreditado el motivo y la justificación de la entrada en la vivienda de Castiñeiras en aras del "derecho a la intimidad".

En estas grabaciones, ha dicho Ventoso, los investigadores "se dieron cuenta de que el señor Castiñeiras había algo que ocultaba a su familia", por lo que la letrada cree que el registro y la detención estuvieron "únicamente provocados por lo que allí escucharon".

"En esa grabación oyen decir al hijo que cómo se pone así su padre, que qué es lo que esconde allí, y su mujer dice que allí sólo hay porquería", ha recordado Ventoso. "Ante eso decidieron detener y efectuar la entrada y registro", ha sostenido la letrada. Para Carmen Ventoso, este echo "prueba que el procedimiento es absolutamente nulo", dado que deriva de una diligencia que también fue anulada.

La abogada de la defensa ha hecho también hincapié en un dato revelado por una de las investigadoras durante su declaración judicial, en la que admitió que durante el registro en la vivienda de Fernández Castiñeiras estaba presente el fiscal, Antonio Roma.

Ventoso ha calificado este acontecimiento de "extraño", dado que el fiscal "no se encontraba en el acta" de entrada en registro. "Y en el ejercicio de mi profesión, yo nunca lo había visto", ha indicado la letrada.

Ante los medios de comunicación, Ventoso ha reiterado que este proceso es "un manual de todo lo que no se debe hacer", ya que se han "vulnerado todos los derechos fundamentales" de sus defendidos y "se ha violado la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo", así como la "jurisprudencia del Tribunal de Derechos Humanos". "No ha quedado nada por vulnerar", ha subrayado.

Para la abogada de Castiñeiras, durante las vistas se "ha demostrado que se ha faltado a la verdad" y que "dos personas como Remedios y Jesús" --mujer e hijo de Castiñeiras--, que son "absolutamente inocentes", se "las ha mandado a prisión y se las ha sentado en un banquillo", ha concluido Carmen Ventoso, quien, no obstante, no ha mencionado al principal acusado en este punto, antes de pedir que "realmente se imparta justicia".

En otro orden de cosas, la letrada ha considerado "demostrado" que "hasta que aparece dinero en el domicilio del señor Castiñeiras", la Catedral no había "reclamado ese dinero". "Una vez que aparece dinero, los representantes de la Catedral dicen que es suyo", ha criticado.

Esta situación es incomprensible para la abogada, toda vez que la "investigación tuvo lugar durante un año", y los representantes de la Catedral "una y otra vez pasaron por comisaría y nunca dijeron que les faltase dinero". "Se lo ocultaron a la Policía y se lo ocultaron unos a otros", ha sentenciado Ventoso.

En el mismo sentido, ha tenido palabras de crítica para el administrador, la única persona que "tenía acceso y metía dinero en la caja fuerte". "Esa misma persona ahora dice que le faltaba dinero pero no se lo comentó a nadie, no tomó ninguna decisión al respecto y luego, durante meses, no se preocupó por ver unas grabaciones que aparecen cortadas y que no estamos viendo íntegras", ha criticado la abogada.

Para concluir, Ventoso ha asegurado que las imágenes en las que se ve al exelectricista abriendo la caja fuerte de la administración son un "corta y pega" en el que "parece que sólo entraba el señor Castiñeiras". "Evidentemente para nosotros es una prueba manipulada, nula", ha concluido.


El antiguo organista de la Catedral de Santiago, Joaquín Barreira Pereira, ha confesado hoy que llegó a tener miedo de que, durante la investigación, los agentes llegasen a encontrar el Códice Calixtino en su propio domicilio, pero sin que él tuviese conocimiento alguno de que pudiese estar allí.

En la octava sesión de la vista oral en la que se juzga el robo de esta joya literaria, una sustracción de la que está acusado el electricista, Manuel Fernández Castiñeiras, el organista ha relatado que sintió "miedo", un pánico por el que llamó a la Policía para que registrase su propiedad.

El testigo ha rememorado que, después de "cinco noches sin dormir", le pidió a los efectivos policiales que inspeccionasen su vivienda, puesto que temía que alguien hubiese "accedido" al inmueble con el fin de colocar en él este manuscrito medieval para así inculparlo.

"Sí, llegué a tener miedo que eso ocurriese", ha contestado a preguntas de la abogada de la defensa, Carmen Ventoso.

Por ello, ha admitido que se sintió "muy liberado" después de que el Códice Calixtino apareciese en julio de 2012 en un edificio que no era el suyo, sino un garaje propiedad de Fernández Castiñeiras.

No en vano, ha recordado el otrora organista de la basílica que durante el tiempo en el que el Códice Calixtino estuvo desaparecido se vivió una situación que "desbordó" a todos los trabajadores del templo que preside la plaza del Obradoiro, entre ellos él mismo.

Durante esta jornada, la última con declaraciones testificales, también han declarado cinco clientas de la mujer de Manuel Fernández Castiñeiras, la costurera Remedios Nieto, las cuales han asegurado que Remedios "trabajaba mucho" y cosía "incluso de noche".

También han comparecido dos dependientas de una tienda de ropa de la capital gallega en la que trabajó Remedios durante "cinco o seis" años cobrando alrededor de "500 y 600" euros mensuales.

Otros dos comerciantes compostelanas también han apuntado que el electricista era su contacto cuando tenían que hacer algún arreglo.

Con estos testimonios, solicitados por la abogada que se encarga de la defensa de esta familia, Carmen Ventoso, se quería demostrar que la fortuna hallada en las propiedades de este matrimonio es el resultado de un trabajo continuado y de un estilo de vida austero.

Fernández Castiñeiras, que prestó sus servicios en calidad de autónomo en la Catedral de Santiago, estuvo interno en el centro penitenciario de Teixeiro (A Coruña) desde julio de 2012 hasta enero de 2013 y está incriminado en dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos continuado; otro contra la intimidad, y, el último, de blanqueo de capitales.

El Ministerio Fiscal reclama para él 15 años de cárcel, que la Iglesia, personada como acusación particular, quiso elevar a 31.

Para su mujer, Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, el Ministerio Fiscal limita su petición de pena a un año y medio de prisión para cada uno de ellos por blanqueo de capitales y prevé una alternativa de seis meses por sendos delitos de receptación.

La joya literaria que figura en el epicentro de esta causa desapareció en julio de 2011 y se encontró un año después en un garaje propiedad del operario que hoy se sienta en el banquillo, envuelta entre papeles de periódicos que evitaron que se dañase.

Cuando se produjo este hallazgo, el propio Manuel Fernández Castiñeiras se identificó como el responsable del rocambolesco saqueo ante el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, pero en la segunda sesión de este largo juicio, el 20 de este mes, de lo confesado se desdijo, y contó que no sabe lo que entonces explicó porque estaba "coaccionado" por el magistrado.

(RD/Agencias)

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