"En un mundo mejor" El retorno a la educación de la conciencia

(Peio Sánchez).- El personalismo en el cine no está desfasado. La directora Susanne Bier sigue su pista mostrando a la conciencia personal como el lugar prioritario para la resolución de los grandes conflictos mundiales. Aunque ahora ya no se trata de una pequeña y barata película del grupo Dogma donde dio sus primeros pasos, sino de una película realizada con amplitud de miras y ganadora del oscar a la mejor película extranjera de este año.

El punto de partida es el conflicto de interior que viven dos preadolescentes, Christian y Elías. Su origen está en la impotencia para superar las graves dificultades a las se enfrentan. Christian (William Jøhnk Nielsen) no acepta la muerte de su madre y culpa a su padre Claus - discreto Ulrich Thomsen- de la disolución del hogar. Su interior es un polvorín de violencia. El buenazo de Elías (Markus Rygaardes) maltratado por el acoso escolar de un compañero y sus amigos, ve como su familia se rompe por la separación de Antón, su idealizado padre -estupendo Mikael Persbrandt-, y Marianne-bien Trine Dyrholm-, su madre agobiada por la responsabilidad familiar y laboral e insatisfecha por la distancia de su marido, ausente como médico cooperador en África.

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