Carta semanal del cardenal de Barcelona Multipliquemos la caridad

El pasado viernes 1 de mayo celebramos la fiesta de San José Obrero, fiesta instituida por el papa Pío XII. El artesano san José, sacó adelante a la Sagrada Familia con mucho esfuerzo y sin perder la confianza en Dios, a pesar de las estrecheces que tuvo que afrontar. Vivió entregado a su familia y a su profesión, que desempeñó con responsabilidad y perseverancia.

En este cuarto domingo de Pascua, querría acordarme de todas las familias que están confinadas debido a la pandemia. Rezo por tantos padres y madres que estos días tratan de conciliar sus ocupaciones laborales con el cuidado de sus hijos. Algunos lo hacen recluidos en casa, gracias al teletrabajo.

Pero hoy quiero dirigir una mirada muy particular a tantísimos otros hogares en los que el problema no es solo la conciliación familiar, sino cómo sobrevivir a la situación de angustia y desazón provocada por la pérdida del trabajo durante esta pandemia. Y esta angustia aún se acentúa más cuando la situación de paro no es nueva sino anterior a la actual parálisis económica. A esas familias más vulnerables, que sufren severamente las consecuencias económicas producidas por esta crisis sanitaria, los cristianos y toda la sociedad no las podemos dejar solas. Van a contar siempre con nuestra oración y nuestro apoyo humano y económico.

Cáritas nos alertaba hace unos días de que las demandas de ayuda que recibe la entidad en Catalunya se habían multiplicado por tres. Lejos de reducirse, se estima que esta demanda irá incrementándose. Por ello, esta entidad social de la Iglesia ha iniciado una campaña que pretende «multiplicar por tres» las donaciones que recibe.

Multipliquemos la caridad

Muchas más familias necesitan hoy nuestra ayuda. «¿Seremos capaces de actuar responsablemente frente al hambre que padecen tantas personas, sabiendo que hay alimentos para todos?» Así nos interpelaba el papa Francisco en un artículo publicado recientemente, y añadía: «¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a tantos en la pobreza, promoviendo y animándonos a llevar una vida más austera y humana que posibilite un reparto equitativo de los recursos?». (Vida Nueva. 18-24 de abril 2020).

En este contexto, desde la Conferencia Episcopal Española, se nos invita, a sacerdotes y obispos, a dar una parte de nuestro sueldo a instituciones como Cáritas, Manos Unidas y tantas otras entidades de la Iglesia o civiles que están trabajando y van a trabajar muy activamente para complementar la acción de las administraciones públicas.

Queridos hermanos y hermanas, Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace más presente. Pero es muy importante tener en cuenta que Dios se hace también presente a través de cada uno de nosotros. Seamos generosos y colaboremos con nuestro tiempo y nuestro dinero a sostener la labor de la Iglesia en la atención de tantas personas en riesgo de pobreza material y espiritual.

† Card. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona

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