Peligrosas formas de causarnos daños las ideas.

Otra curiosa forma de causar daño consiste en manifestarse sobre el prójimo. Esta forma de causar daño es muy propia de cabezotas y orgullosos. Se caracteriza por valorar por encima de las personas a las ideas y pensamientos que uno mismo tiene. Los resultados de esta forma de causar daño son los prejuicios y el odio. En casos extremos desemboca en cosas tan terribles como guerras y exterminios. Un ejemplo de ello en la historia de Europa han sido las cruzadas, las persecuciones religiosas y el holocausto nazi.
No es difícil darse cuenta Lluis María Xirinacs era una víctima de estas dos formas de causar daño que las ideas y pensamientos tienen sobre nuestras vidas y las de los demás. No me parece que fuese una mala persona, en todo caso una víctima de algo que le impedía ser libre y le hacía tener sensaciones ficticias.
Quiero dejar claro que rechazo el idealismo marxista, en sus versiones socialistas y comunistas, también rechazo el idealismo del liberalismo capitalista, el fascismo, también al anarkismo. No estoy ni con el idealismo monárquico ni el republicano.
Cuando me preguntan si soy monárquico respondo que soy Juan Carlista, nuestra monarquía para lo que tiene que hacer funciona muy bien, aunque si viviera bajo los Austrias o los Borbones de los siglos XVIII y XIX prefería sin duda ser republicano.
Prefiero ser más práctico, sujetarme a lo que veo, pensar y soñar que muchas veces nuestro sistema económico liberal y capitalista es reformable para hacerlo más humano y menos despiadado. Confío seriamente en que si hay buena voluntad las cosas mejoren. En cambio si hay un servilismo al idealismo, si nuestros actos se encaminan a servir al idealismo por encima de a las personas, terminamos por construir dictaduras y pisotear a montones de personas. Las ideas deben de estar al servicio del hombre, y no el hombre al servicio de las ideas.
Lluis Maria Xirinacs, por su historial y lo dejado escrito, tal vez equivocó esto y acabó luchando por una idea, un estado catalán, y se olvidó que hay algo más importante, las personas.
En estos días en que Cataluña vive problemas de diverso tipo en los transportes, se deja notar que los políticos han tenido una preocupación por encima que les ha hecho olvidar para quien están trabajando. Se han pasado estos últimos 4 años discutiendo un inútil Estatuto, soñando con una utopía que quieren realizar, aunque no le convenga nada a Cataluña alimentan en su población una idea. Algunos llegan más lejos, y como hace Esquerra Republicana y Convergencia i Unio alientan un odio hacia España, y el Partido Popular alienta un resentimiento contra Cataluña defendiendo la idea opuesta.
Pienso que es una pena que el maldito idealismo nos quiera dividir, y pienso que o aprendemos a contemplar más el mundo y a mejorarlo buscando la mejora en nuestras vidas, o seguimos perdiendo el tiempo con sueños difíciles que no nos van a permitir llegar mejor a fin de mes, conseguir un buen empleo, una vivienda, mantener una familia, unas aficiones y en definitiva realizarnos y ser felices.
Que lástima vivir con esa espinita la de Lluis María Xirinac, manteniendo un odio contra España, hasta el punto de declararse amigo de los asesinos de ETA. Y que lástima sentirte esclavo por imaginar una utopía de una Cataluña extendida por Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares, sur de Francia y el antiguo reino de Nápoles con Sicilia y la Cerdeña.