Pilar Urbano.
Me he querido reservar un tiempo antes de opinar sobre esta periodista. No la conocía de nada y dudo que muchos la conociéramos, y ahora parece que la conocemos todos tras sembrar la polémica con la reina.
Soy de la opinión que doña Sofía tiene derecho a la libertad de expresión, pero con suma discreción y no haciendo con su cargo campaña o tomando partido activo. A mi la reina me parece una mujer con sus ideas, y muy obligada a callarse. Pero pienso que debe controlar mucho a sus impresentables amistades como Pilar Urbano o el tal Jaime de Peñafiel. A mi esos dos me parecen semejante a sanguijuelas, chupan la sangre de la realeza, se recrean con los secretos y anécdotas de la Zarzuela, y por su profesión y su forma amarilla de ejercer el periodismo, venden la información al mejor postor. En este caso hasta intimidades, y ojo si el príncipe mira a una Leticia Ortiz porque entonces le quieren espantar a la novia.
Tras leer recientemente a Pedro Fernández Barbadillo, periodista al que no tengo ninguna estima, descubro con que Pedro ha dado en la diana. Por una vez no puedo reprocharle nada porque demuestra con párrafos del libro de Pila Urbano la poca pericia y conocimientos de la periodista. Recomiendo su lectura.
Pilar Urbano con su libro se llena los bolsillos, y al tiempo causa daño a la monarquía. A ella le ha venido de perlas que doña Sofía se mojase y le cayese el chaparrón, a ella le caen los millones y se forra a costa de la Reina. Creo que eso se le debiera reprochar a la Reina, y en eso coincidiré hasta con Federico Jiménez Losantos. Yo por mi parte no pienso comprar el libro. Si es preciso esperaré a que alguien lo ponga gratis en Internet o lo vea en una biblioteca pública, que yo no daré un euro por semejante libro.
Finalizo regañando a las editoriales, ya sé que soy un simple ciudadano. Pero empiezo a estar cansado de las muchas publicaciones basura que se repiten por todas partes. Hay muchos periodistas que publican libros que son auténticas chorradas. Tienen estos un bajísimo éxito editorial, y quien se forra es la editorial. Cuando concluye un mandato de un presidente, sale una docena de periodistas publicando libros sobre como fue la vida en la Moncloa. Hay políticos que escriben la tontería de ser la mujer del presidente del gobierno, y hay quien escribe por ser la mujer de un juez que se pone de moda, o la amiga de dicho juez. Estos libros salen una vez y no vuelven nunca más a vérseles el pelo. Hay quien por tener nombre le publican todo, y de sus libros sale una tirada y no aparecen más. Y carecen de toda capacidad de sobrevivir en el tiempo, pues tras pasar unos años no interesan a nadie. Pilar Urbano con su libro ocurrirá igual, como ya le ocurrió con el resto, hoy interesa y se vende mucho, en unos años volverá a estar olvidado no solo su libro sino ella también, pues no ha escrito nada que pueda perdurar en el tiempo.
Soy de la opinión que doña Sofía tiene derecho a la libertad de expresión, pero con suma discreción y no haciendo con su cargo campaña o tomando partido activo. A mi la reina me parece una mujer con sus ideas, y muy obligada a callarse. Pero pienso que debe controlar mucho a sus impresentables amistades como Pilar Urbano o el tal Jaime de Peñafiel. A mi esos dos me parecen semejante a sanguijuelas, chupan la sangre de la realeza, se recrean con los secretos y anécdotas de la Zarzuela, y por su profesión y su forma amarilla de ejercer el periodismo, venden la información al mejor postor. En este caso hasta intimidades, y ojo si el príncipe mira a una Leticia Ortiz porque entonces le quieren espantar a la novia.
Tras leer recientemente a Pedro Fernández Barbadillo, periodista al que no tengo ninguna estima, descubro con que Pedro ha dado en la diana. Por una vez no puedo reprocharle nada porque demuestra con párrafos del libro de Pila Urbano la poca pericia y conocimientos de la periodista. Recomiendo su lectura.
Pilar Urbano con su libro se llena los bolsillos, y al tiempo causa daño a la monarquía. A ella le ha venido de perlas que doña Sofía se mojase y le cayese el chaparrón, a ella le caen los millones y se forra a costa de la Reina. Creo que eso se le debiera reprochar a la Reina, y en eso coincidiré hasta con Federico Jiménez Losantos. Yo por mi parte no pienso comprar el libro. Si es preciso esperaré a que alguien lo ponga gratis en Internet o lo vea en una biblioteca pública, que yo no daré un euro por semejante libro.
Finalizo regañando a las editoriales, ya sé que soy un simple ciudadano. Pero empiezo a estar cansado de las muchas publicaciones basura que se repiten por todas partes. Hay muchos periodistas que publican libros que son auténticas chorradas. Tienen estos un bajísimo éxito editorial, y quien se forra es la editorial. Cuando concluye un mandato de un presidente, sale una docena de periodistas publicando libros sobre como fue la vida en la Moncloa. Hay políticos que escriben la tontería de ser la mujer del presidente del gobierno, y hay quien escribe por ser la mujer de un juez que se pone de moda, o la amiga de dicho juez. Estos libros salen una vez y no vuelven nunca más a vérseles el pelo. Hay quien por tener nombre le publican todo, y de sus libros sale una tirada y no aparecen más. Y carecen de toda capacidad de sobrevivir en el tiempo, pues tras pasar unos años no interesan a nadie. Pilar Urbano con su libro ocurrirá igual, como ya le ocurrió con el resto, hoy interesa y se vende mucho, en unos años volverá a estar olvidado no solo su libro sino ella también, pues no ha escrito nada que pueda perdurar en el tiempo.