Vuelvo al ruedo como puedo.

No sé si conseguiré mantenerme escribiendo un post diario como antes, cada día tengo más trabajo y la preparación de mis clases y asignaturas me quita mucho tiempo. Para escribir no basta solo con opinar, en ocasiones hay que pensar y tomarse un tiempo para autocensurarse si procede.

Lo que me ha llamado la atención es la discusión acerca de unas bicicletas de la COPE que ha levantado un auténtico gallinero en el torreón de mi abuelo adoptivo Paco Pepe. Yo no tengo ninguna mala opinión de los marroquíes, a mi me cortaba el pelo un marroquí llamado Mustafá, y no con tijeras sino con navaja. Y desde luego es un buen hombre decente y honrado. Y he conocidos muchos buenos y decentes marroquíes.

Pero sin embargo yo no estoy de acuerdo con regalar bicicletas a los niños marroquíes. A mi me parece que más urgente es promover una educación en ese país del respeto hacia España y hacia todo el mundo. Por desgracia en ese país no son pocos los jóvenes educados con desprecio hacia España, y por muchas bicicletas que regale la COPE no se consigue ni comprar el respeto, pues el respeto es algo que difícilmente se compra. Desde la educación conseguiríamos ese respeto y además ayudar a un país que necesita que se le ayude en su desarrollo.

Otra cuestión que he visto que ha suscitado polémica en la torre de mi abuelo es sobre la visita de Cayo Lara a la COPE. A mi el señor Cayo Lara no me cae bien, pero el que me caiga mal no me hace pensar que se le deba negar un micrófono desde dicha emisora. Pienso que Cayo Lara no pinta nada ante los oyentes de la COPE, es más, no pinta nada en la COPE. No sé porqué debe ir a una casa a la que previamente ha insultado, me pareció un hipócrita cuando fue a presentar sus respetos al Rey, y quiso adornar el evento anunciando que traería la república en la que muchos no queremos hoy pensar porque nos preocupa más la crisis que tenemos o la falta de vivienda. Pero si frente al Rey no pinta nada, no sé porqué fue a la COPE. Si tengo claro que las opiniones de Cayo Lara distan mucho de la libertad de expresión y de religión, y a mi una persona que quiere censurarme mi libertad de culto no creo que deba expresarse desde los micrófonos de COPE. Pero la COPE es así, da micrófonos a todos los enemigos del catolicismo, como Cesar Vidal o Federico Jiménez Losantos, con Cayo Lara no podía ser menos.

Que no es por sonreírle a Paco Pepe, mis ideas son muy diferentes de las suyas, nuestra concepción de Iglesia también. Pero tampoco entiendo ese rasgarse las vestiduras de algunos montando un escándalo por sus opiniones sobre unas bicicletas, y más por Cayo Lara, al cual Paco Pepe no venera y muchos católicos ni en pintura lo queremos ver. Objetar podemos objetar todos, disentir o discrepar igual. ¿Pero qué sentido tiene montar una discusión acalorada por tan poca cosa?
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