Este aborto ocurrió en Colombia…

Tal cual me lo ha contado mi amigo Alberto así os lo cuento, vosotros que sabéis tanto de abortos. La familia de mi amigo Alberto es muy numerosa, los hermanos de Alberto son más de media docena, hoy no me acuerdo del número, y las hijas no van a ser mentid que sus padres. En Colombia es muy frecuente las familias numerosas. El caso es que una de las hermanas de mi amigo recibe la gran noticia que está embarazada de un varón, ella ya había tenido dos hermosas hijas a las que quiere mucho, y los padres de mi amigo solo han tenido nietas y no nietos, y parece que los matrimonios solo dan sobrinas. La llegada de un sobrino, o nieto, o primo, o hijo, o hermano, según quien lo vea, es por ello vivido con mucha ilusión y emoción familiar.

En esto estaban todos muy felices, con una alegría intensa, y unos días antes de marcharse Alberto para España, a su hermana la diagnostican preeclampsia contando seis meses de embarazo. Enseguida hay llanto familiar, hay preocupación en todos, y se llevan a la hermana de Alberto a un buen hospital de Bogota para lograr salvarla a ella y su bebe. No hay nada que hacer, dictaminan los médicos, pocas posibilidades de supervivencia de la madre si sigue adelante y menos aun del feto. Recomiendan el aborto, y ella, con un dolor y un llanto impresionante según mi amigo, y en una familia tan religiosa, aborta. La familia comprende la situación, y ella se sume en su desesperación hasta el punto de no poder quedarse sola en casa. Y organizan un funeral por la criatura a la que le dan cristiana sepultura.

Cualquiera que vea las imágenes del funeral, el video que grabaron, costumbre que se me antoja rara porque aquí en España no se graba o fotografían los funerales, o por lo menos ocurre así en los de mi familia.

Hay abortos que nadie los quiere y no queda más remedio que aferrarse a ellos, abortos que provocan auténticas manifestaciones de duelo. Pero claro, es tan fácil excomulgar, y es que nos quieren pedir y exigir a todos nosotros que condenemos todos los abortos, y que condenemos y excomulguemos a las madres que abortan en todos y cualquier caso. Yo sinceramente no puedo hacer tal cosa. El mundo no son las sombras y las luces que creen ver las personas de la Caverna de Platón. Fuera de la Caverna hay colores, e incluso luces invisibles y un mundo que no pueden abarcar por completo nuestros ojos.

Yo soy un defensor de la vida, pero no se puede defender la vida apostando por la muerte de alguien. Lo siento, no puedo sumarme a esas manifestaciones de prohibir cualquier tipo de aborto. Es más, no sirve para nada prohibir porque en Paraguay se aborta en los primeros meses ingiriendo un jugo de perejil al estar prohibido abortar. Y se puede conseguir abortar con el monóxido de carbono generado por los cigarrillos del tabaco. O como ocurrió hace poco en los EEUU, una joven pagó a un chaval para que le diera una paliza en el vientre y con eso la indujera un aborto.

¿Qué quieren que les diga? No estoy a favor del aborto, pero en circunstancias muy extremas no soy yo el que debe opinar sobre quien vive o muere, porque no es mi vida, es la vida de una mujer y la de un feto. Y es la mujer la que decide, lo quieran algunos o no.
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