Benditos los pies del mensajero que anuncia la paz... Domingo de Ramos (Semana santa 1)

Para desear la paz que anuncia este mensajero que trae la buena nueva para una humanidad que necesita salvación. El camino de la paz pasa por el calvario, donde se rompe todo muro y se unen todos los que creen en lo humano y en la fraternidad.

Domingo de Ramos para desear paz

Ramos

La paz y los ramos de olivos. Hoy, la puerta de la ciudad se abre de par en par, no puede resistirse ante la humildad profunda de la sencillez del hombre, sobre un sencillo asno, un ser desnudo de toda posesión y abierto a la mayor entrega que pueda darse en lo humano.

La comunidad siente en sus propias venas el vino de una alegría esperanzada, aquí está el sorbo de la vida que se da a borbotones y que no puede ser parada, la sangre de la alianza, el amor que no tiene medida y que se hace moneda sencilla en las manos de los pobres en una gratuidad absoluta. Este es el rey de una humanidad que se hace fraternidad que teje redes de comunidad y se salta todos los muros que separan y excluyen, que dilapidan y condenan.

El signo se hace celebración, las calles lo gritan, la sed es tan grande que nadie puede quedar indiferente ante esta agua que da la vida, este camino que lleva al ser, esta luz que ilumina el interior, esta verdad que declara inocente a los inocentes y denuncia, por amor, a los culpables. Mientras tanto los negociantes del mercado, los constructores de templos ficticios, los que ponen su fuerza en las armas y en la guerra, los que se idolatran a sí mismos con un poder y una gloria falsificada, solo buscan cómo apagar este deseo de verdad y de vida, como hacer el trueque con una esclavitud dulce y segura, cómo crucificar al verdadero para seguir viviendo en la mentira que produce muerte y exclusión, en la herida de una humanidad sufriente en la inocencia y en la sencillez.

Pero hoy, gocemos del sentimiento de la humanidad sencilla y desnuda que abre puertas y derriba muros por el camino de la mansedumbre y la paz. ¡Hosanna el hijo de David!

José Moreno Losada. Sacerdote.

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