El gobierno español sostiene que la recuperación económica está en marcha. Sin negar que pueda ser verdad es imprescindible afrontar la recuperación dando solución a las asignaturas pendientes que hemos dejado atrás. Entre ellas está el aumento de las desigualdades sociales. Y como muestra un botón:

Cáritas Europa acaba de publicar un informe sobre el impacto social que han generado las medidas de austeridad aplicadas en los últimos años en los diversos países europeos.

Según dicho informe el mayor índice de pobreza infantil de la Unión Europea está en Rumania. ¿El segundo?: ¡España!. Hasta Bulgaria y Grecia están mejor que España.

En 2012 la tasa de pobreza media de los estados comunitarios fue el 25%. En España el 28%.

En la Estrategia Europa 2020, diseñada por la UE, ésta se comprometió a disminuir la pobreza, crear crecimiento y aumentar la escolarización.

¿Cuál ha sido el resultado?. Que las prioridades económicas han estado por delante de las necesidades sociales, lo cual ha provocado el empobrecimiento de la población.

Dice el gobierno que lo peor de la crisis económica ya ha pasado. Pero ¿ha pasado para todos?. La respuesta es evidente: ¡No!

En mi opinión la apuesta por una sociedad más justa y solidaria nos obliga a demandar que si la gente más vulnerable ha sido la más afectada por la crisis sea, ahora, la más ayudada. Y que esas ayudas sean bien gestionadas.