Lo hemos oído otras veces, pero no debería parecernos que es “lo de siempre”. La oscuridad existencial ha sido vencida. Porque Jesús ha resucitado.

Lo dice el poeta del alma Paul Claudel:

¡Dios mío, he resucitado y estoy otra vez Contigo!
Dormía y estaba tumbado como un muerto en la noche.
¡He resucitado y me he despertado,
estoy en pié y comienzo el día que empieza!
Padre mío que me has creado antes de la aurora,
me pongo en Tu presencia,
Mi corazón está libre y mi boca es clara,
el cuerpo y el espíritu están en ayuno.
Estoy absuelto de mis pecados, que he confesado uno por uno.
El anillo nupcial está en mi dedo y mi rostro está limpio.
Soy como un ser inocente en la gracia que me has concedido»