"Yo no sé nada"

El ser humano, especialmente el político, no es partidario de tomar decisiones comprometidas y menos decisiones humillantes. Si son inevitables se las arregla para que otros las tomen por él. Si con el tiempo la cosa se destapa, siempre podrá decir: “yo no sé nada”, “soy una victima, me han traicionado aquellos en los que había depositado mi confianza” y todo para que la imagen ante las masas quede ilesa. Es fácil fundar nuestra dignidad en la negación de los hechos patológicos cuya eficacia simbólica negamos por eso es muy difícil encontrar a una persona que asuma su responsabilidad en un hecho desgraciado o que confiese su ignorancia en algo que por oficio debería de saber. Se olvida que el tratamiento termina cuando el paciente asume que no hay otro yo a quien cargar con la responsabilidad
Volver arriba