Esta tarde tomando café con amigos, la conversación giró en torno a los Reyes y a los niños. Alguien dijo: “Mis nietos tienen dos años; están para comérselos”. Y otro apostillo: “A los dos años están para comérselos y cuando son grandes te arrepientes de no haberlo hecho”. Una madre apostillo: “Muchas veces me arrepentí de no haber cruzado las piernas en el momento oportuno para haberlo evitado todo”. Todos nos reímos y añadió: “Me siento la madre más feliz del mundo. No puedo concebir la vida sinb mis niñas [que ya tienen 26 y 28 años]”