Isabel

La pintura de Isabel es la destrucción del mundo objetivo; su referencia esencial y, puede que única, es el ser radical. Me hace pensar en la filosofía del ser de Heidegger a quien, según ella misma confiesa, no leyó jamás. Rompe siempre el principio de representación del mundo visible por una necesidad absoluta de trascender los objetos y las formas materiales. Por eso descompone y reconstruye, a su manera, el mundo y los objetos que lo habitan. Los objetos se reducen a una suma de rayos de luz, trazos. El cuadro se expande como una mancha de líneas y colores, como un conjunto sin límites, desde una línea, una pincelada, un rayo, un trazo.
Su misticismo nace de la imposibilidad de decir y explicar lo sagrado y lo trascendente. La incognoscibilidad de Dios lucha por comunicarse en la potencialidad invisible que rompe todas las formas; por eso, las figuras no tienen límites definidos y precisos. Lo que su pintura pueda tener de figurativo muestra el desengaño existencial de la pintora. Los colores son elementos sustanciales de un mundo un mundo rico y muy variado que se construye en su casa de donde escasamente sale para tomar un café con los amigos porque dedica su vida a cuida a su anciana e incapacitada madre. Puede que esta sea la fuente radical de su ascesis y de su misticismo. Sus valores: la transformación del individuo; remontar al origen mismo de la existencia como fuente del saber, mostrar los estados supremos de la conciencia.
Isabel expone sus cuadros en el bar cuando los amigos se lo pedimos. Cuando lo hace, todo el mundo que entra queda colgado de su pintura sin saber nadie qué es lo que está viendo. A veces, la falta de perspectiva nos lleva transporta a las más viejas tradiciones al mismo tiempo que se notan trazos que reflejan influencias del impresionismo, del fovismo, de Miró, de Picasso. Isabel transita por un mundo místico y espiritual sin hablar expresamente de Dios; trasmite una ascesis y una espiritualidad que habla del más allá y del aquí con imágenes sin figuras definibles y precisos.
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