¡Libertad!

Si ayer, un turista hubiera sentido gritar ¡libertad! En la Rambla de Cataluña, hubiera pensado que estaba en Cuba y que acababa de morirse Fidel Castro, o que había retrocedido en el tiempo y estaba en España, horas después de haberse anunciado la muerte de Franco. Y ¡no! El turista pasaba delante del hotel Calderón de la Rambla de Cataluña, en donde estaban reunidos los votantes de Ciudadans, en el momento en que su líder, Alberto Rivera, se subía al estrado después de confirmarse los resultados de las elecciones al Parlamento de Cataluña. Entonces el turista se preguntó: ¿Qué pasa en Cataluña que los ciudadanos gritan libertad con tanto fervor? El turista estaba convencido de que en un país democrático un grito como aquel sólo podía ser un recuerdo o un grito de solidaridad con países tiranizados.
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