Cada vez que nos hablan del naufragio, o en el mejor de los casos, de la llegada de un cayuco, tendrían que proyectarnos al mismo tiempo la película “14 kilómetros” (España, 2007. Dir. G. Oliveros). Soy de los que pienso que los inmigrantes han de llegar de manera regulada pero, al mismo tiempo, sé que las corrientes migratorias se imponen a toda regulación. A los traficantes humanos habría que ponerlos a trabajar todo el resto de sus vidas en beneficio de sus víctimas o de las comunidades.