Propongo a los políticos vascos que cuando alguno de ellos o un familiar muy cercano a alguno de ellos, por ejemplo un hijo, sea víctima de un cáncer o de otra grave enfermedad no acudan a los EEUU ni a ningún otro país a curarse, que esperen, que hagan cola y que entren a quirófano cuando les toque. Y que, además, no se dejen tocar, ni en caso de urgencia, por ningún médico que no hable y cure en vasco. Y ya que valoran más en un médico el que sepa vasco que el haber hecho una tesis en medicina, que, en caso de cáncer, ningún especialista que no sepa vasco le ponga la mano encima aunque entre todos los que saben vasco no haya ningún oncólogo.