Reliquias

Muchos creen que la época en que la gente se pegaba y hacía guerras por las reliquias ha pasado. Lo último, lo más in, que alguien puede hacer en Barcelona es comprar en Las Ramblas de las flores un pedazo de césped del campo del Barça que arrancaron hace un tiempo para plantar uno nuevo. La gente lo lleva para su casa y lo guarda como guarda el pañuelo que pasó por los pliegues del vestido del santo el día de la procesión de la fiesta del pueblo. “¡Y pensar que aquí ha pisado Maradona, o Cruyff u otro de los grandes!”, le oí exclamar a un comprador. La gente no va a misa pero va al fútbol; no va a visitar la capilla del pueblo pero va al museo; no se persigna al pasar delante de una iglesia pero besa y pone flores allí en donde pisó uno de sus ídolos.
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