El Dios del Antiguo Testamento es un Dios de poder y justiciero; el Dios de Jesús el del Nuevo Testamento es un Dios de amor; pero el Dios de muchos teólogos , desde Aristóteles hasta el Concilio Vaticano II, es un Dios intelectual que se las ve y se las desea para salir de las contradicciones en que lo meten. Buena parte de los teólogos de nuestros días, pero no todos, hablan del Dios del amor